El Celta acudirá a la Ciudad Deportiva Wanda con un gol de ventaja tras la victoria lograda en la mañana de ayer ante el Atlético de Madrid en A Madroa.

Fue un encuentro extraño, el disputado en la mañana de ayer, sobre todo en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego. Fueron los célticos los que desde el primer momento quisieron imponer su ritmo de partido, ante un cuadro colchonero excesivamente relajado que daba la impresión de que se conformaba con el empate inicial sin goles. Los dos equipos presionaban en el centro del campo tratando de recuperar el balón, pero el esférico duraba muy poco en los pies de los jugadores, y el partido se convertía en un despropósito, con muy pocas llegadas al área rival.

De hecho, la primera ocasión, con algo de peligro, fue para el Celta, mediado el primer tiempo, con un disparo de Gabri, en el área pequeña, que despejó el portero a córner. Un minuto después la tuvo el colchonero Mikel, saliendo el balón alto.

Tras el paso por el vestuario, el Celta comenzó a acusar el esfuerzo de la presión realizada en la primera parte, y fue el Atlético de Madrid quien se encontraba más cómodo con el balón. Agüero asumía los galones y los colchoneros llegaban con peligro, disponiendo Giovani y Agüero de dos buenas ocasiones para adelantar al Atlético de Madrid en el marcador.

El gol de la victoria céltica llegó tras un saque de banda. Jose Sobrido esperó el bote del balón, y con un buen movimiento le ganó la espalda a su rival, quedando solo ante Conde, a quien batió con una suave vaselina.

El tanto despertó al Atlético de Madrid, al que no le sentó nada bien el tanto de los vigueses. El juego volvía a igualarse, y daba la impresión de que el gol le había dado aire al Celta. El juego volvió a equilibrarse, y los dos equipos retomaron el trabajo de presionar en el centro del campo para recuperar el balón. Al Atlético de Madrid le entraron las prisas, como si el 1-0 del marcador no fuera un buen resultado. Manolo Cano, su entrenador, refrescó el centro del campo para continuar con la presión. Da vid de Dios recomponía el equipo colocando a Pampín en el lateral y poniendo a Aaron en su lugar.

El Celta quería sacarse la presión de encima, pero las ocasiones eran para el Atlético de Madrid, que daba la impresión de que tenía una velocidad más. Pablo respondió con acierto a un buen disparo de Pablo a quince minutos para la conclusión, y ocho minutos más tarde, de nuevo Pablo hace una buena jugada llevándose a dos defensores, pero estrellando el balón en el palo.