El Genk es el obstáculo que se encontrará el Celta en busca de la primera semifinal europea de su historia. El conjunto belga, octavo clasificado en estos momentos en su campeonato, es un equipo joven, que destaca por su velocidad de medio del campo hacia arriba y que peca de cierta fragilidad en la línea defensiva. En sus filas se encuentra José Naranjo, futbolista que abandonó en diciembre la disciplina del Celta, pero que no podrá enfrentarse a sus excompañeros porque Berizzo le había utilizado en la primera fase de la Europa League.

El cuadro belga, entrenado por el holandés Albert Stuivenberg que llegó en el mes de enero tras la destitución de Maes, ha perdido en el mercado invernal a un par de jugadores esenciales. Las bajas del jamaicano Leon Bailey, que se marchó al Bayer Leverkusen, y de Ndidi , que fue fichado por el Leicester, han dejado algo cojo al cuadro belga que pese a eso fue capaz de solventar la eliminatoria de octavos de final ante el Gent gracias al concluyente 2-5 conseguido en la ida.

Pozuelo, exjugador del Rayo Vallecano y Betis; el portero cedido por el Valencia Ryan; el tanzano Samatta y él ucranianos Karelis, que está lesionado en estos momentos, son los principales argumentos de un fiel exponente de la escuela belga. Equipos jóvenes, que pescan con buen ojo y poco dinero en mercados remotos y que juegan con despreocupación.