Llegamos a la residencia Nuestra Señora de los Milagros, en Villamartín de Valdeorras, hace 2, 3 o 4 años, a un edificio muy grande con mucho terreno alrededor y con vistas y entramos caminando, sin saber dónde estábamos y como nos iba a ir, acompañados del caprichoso alzhéimer, casi sin recuerdos. En poco tiempo pasamos a ver el mundo sentados.

Éramos algo más que una silla de ruedas con un cartel colgando con su nombre y su habitación 122, era su pequeña familia, mis manos y mis pies en la distancia.

Que con mucha humanidad y transparencia, día a día, se llenaban de paciencia con esos enfados repentinos, alegraban con sus sonrisas, sus caricias, ese ¡Hola, Luisa!

Este mes de agosto se apagó en silencio, en lo que fue su casa, su pequeña familia

Gracias a Mavi, Candy, Félix, María, Patri, Alba? y a todo el equipo que estuvo cerca de ella. Gracias al equipo de Medicina Interna del H.C.V. y especialmente al Dr. Josep Masferrer.

Desde Cáceres. Muchas gracias.