Soy catalana, hija de gallegos, licenciada en Ciencias Políticas y Económicas, jubilada hace 3 años. Mi amor por Galicia, tierra de la que no me he desvinculado nunca, me ha llevado a querer fijar mi residencia en Vigo, ciudad en la que reside mi otra familia, además de ejercer como profesional para mantenerme activa, dentro de los márgenes que me permite la legislación en mi condición de jubilada.

Difícil de entender en los tiempos que corren, donde hemos estado desgañitándonos en la lucha por la desesperación de las desigualdades entre hombres y mujeres, donde la violencia de género, en todas sus facetas, es una plaga difícil de exterminar donde las mujeres han demostrado y demuestran que son unas profesionales y luchadores de primer nivel, se tiene aún hoy que escuchar en la sala de un juzgado, a un señor letrado ejerciente, con edad aparente para estar jubilado, que para defender su causa, tenga que valerse de frases tales como: no es posible que "una señora con casi 70 años pueda trabajar, con el adorno previo de: es mentira hago apología, es falacia, insensato, etc. etc...

Es muy triste que algunos profesionales de mi generación aún no se han enterado de la integración de la mujer al mercado laboral y siguen pensando y repitiendo los mismos mantras de la época de nuestros abuelos.