Después de pasar un día tranquilo y feliz, contemplando esa hermosa vegetación que rodea mi aldea, en la que, en su fragancia se esfuma mi soledad; he recibido de Palma de Mallorca, la muy agradable noticia del ferviente deseo de mis dos bisnietos (para mí, dos joyas), de su próxima visita a su bisabuelo, y saborear el origen de su existencia. Estoy seguro que, para todos los abuelos y bisabuelos, la compañía de sus nietos o bisnietos, es la energía que te da fuerzas para seguir caminando por el sendero de la vida. Ellos son aquellos que seguirán viendo crecer las ramas de ese árbol que, bajo su sombra, se ha formado una familia, y lo tendrán siempre vivo en su memoria, porque nadie se muerde del todo mientras haya alguien que se acuerde de uno.