Allá por el año 1981 (como figura en la placa) en A Guarda vivían dos "buenas personas": Francisco Lomba y Ramón Otero que en sus horas libres se dedicaban a conseguir "donantes de sangre" para aliviar el sufrimiento a las personas que por distintos motivos tenían que aportar sangre para algún familiar o amigo o simplemente para mantener las neveras del banco de sangre en condiciones de seguridad ante cualquier emergencia.

Así consiguieron que durante muchos años A Guarda figurara como la población gallega que aportaba más sangre por habitante.

Por este motivo, la Hermandad de Donantes de Sangre de Vigo decidió homenajear a A Guarda con una placa agradeciendo la generosidad y la solidaridad de sus gentes.

Estuve en A Guarda y mi decepción fue que en estos 38 años que pasó de este importante acontecimiento no se repasó simplemente con un poco de pintura dicha placa, dejando que el tiempo borrara la pintura de muchas letras muy fácil de reparar ya que éstas están grabadas en la piedra.

Por tal motivo pido que las autoridades correspondientes solucionen este pequeño problema pero muy importante para la memoria de A Guarda.