Nuestra Constitución tiene un artículo segundo que dice: "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas". Pero más que garantizar, obliga.

Este artículo nos está llevando a unos enfrentamientos entre los ciudadanos que nadie puede negar. Tampoco podemos negar que si por fin nos decidiéramos a reformarlo evitaríamos estos enfrentamientos. Ante estos problemas y luchas entre ciudadanos, la mayoría pacíficos y juiciosos, debemos preguntarnos si el fallo no estará en que este articulo II conculca derechos fundamentales de ciertas personas, que al sentirse agredidas en sus derechos, les llevan a estos enfrentamientos.

Al no comprender esta guerra fratricida entre catalanistas y españolistas tenemos que pensar que algo está funcionando mal; y lo primero que hacemos parar investigar la culpa es preguntarnos si la tendrán los independentistas, que quizá sea gente con poco criterio y algo extraviados, o si son los españolistas los equivocados.

Pero creo que nadie duda de que los dos grupos humanos, de una forma general, son gente normal y de criterio, por lo que no tenemos escapatoria; y sin ningún miedo a equivocarnos podemos asegurar que el fallo no está en los ciudadanos, sino en este articulo II de la Constitución o en los políticos al aplicarlo. Fue redactado en su momento por otros políticos de su tiempo aducidos por la unidad de España por los siglos de los siglos, sin haber tenido en cuenta, que hoy, o en el futuro, pudiera haber otras sensibilidades que no comulgasen con sus ideas unionistas.

Que algunos de los actuales políticos son gente fuera de la mesura aconsejable lo muestra su forma de hablar a los ciudadanos. Las palabras altisonantes ("golpistas", "fuera indultos", "quieren romper a España", "hay que aplicarles ya el artículo 155" y otras frases parecidas) las están repitiendo de forma machacona en todas sus intervenciones.

Quieren 50 años de cárcel para algunos políticos, aunque si se cambiase la Constitución a posiciones más acordes con los derechos ciudadanos y humanos, en vez de meterlos en presidio, sus pueblos los encumbrarían con distinciones honoríficas. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que la culpa de esta guerra, al excluir a los ciudadanos, y sin tener otro culpable a la vista, está en este artículo II y los políticos que lo hacen suyo sin cuestionarlo, pero también podemos echarle parte de esta culpa a los periodistas, que en sus tertulias y artículos no se les oye, ni se lee que lo hayan cuestionado.

Que este articulo II de la Carta Magna no funciona al acercarse el número de independentistas al 50% de sus habitantes está más que comprobado.

Resumiendo, tenemos pues este artículo II que es inoperante, y también el deseo de nuestros ciudadanos de llegar a un entendimiento. Pero vamos a decirlo muy claro, con estos políticos ultrachillones es sumamente difícil llegar a la serenidad y al entendimiento, pues carecen del sosiego y sentido común que necesita la paz. Cómo vamos a llegar a un entendimiento si estos políticos están continuamente azuzando al personal con gritos y proclamas altisonantes de guerra.