Dentro de unas semanas tendremos que votar o mejor dicho esperan que votemos. Todos conocemos los mismos argumentos, "Cada voto cuenta", es tu obligación. Si no votas eres un idiota, pues no sientes la democracia. No votar es tirar un voto a la basura. Si no votas no puedes criticar. Si no votas, no eres un buen ciudadano.

Mucha gente perdió su vida para conseguir el derecho al voto, pero ahora que podemos votar y con el paso del tiempo hemos descubierto que nuestros votos se utilizan para reforzar la ideología política del partido, olvidándose de esos ciudadanos que votaron.

Los ciudadanos no son escuchados y además tenemos un sistema de coaliciones en el que nunca sabremos que sucederá con nuestros votos. El ejemplo lo tenemos en el PSOE, el voto socialista se desvió hacia la extrema izquierda, con comunistas, republicanos, nacionalistas-separatistas y Bildu y hemos sido testigos de un diálogo inexistente de gente horrible con ideas horribles.

Este sistema hace que el votante se quede con un sentimiento de impotencia y frustración, al ver como su voto se convierte en moneda de cambio, a los antojos del partido. Y esto lo hemos visto en Andalucía, los socialistas cansados de que manipulen sus votos se acercaron a las urnas para depositar un voto protesta a favor de VOX. Esta situación es muy peligrosa, pues provoca la radicalización de los ciudadanos.

La democracia se puede comparar con los Reyes Magos, nadie cree en los reyes, pero todos participan, se dice que por los niños. En la democracia sucede lo mismo, ya nadie la cree, pero a la mayoría le gusta ese juego de las urnas, para ser por un momento, un figurante democrático.