Mis primeros minutos de cada día los dedico a escuchar y leer las noticias de actualidad, donde la estadística señala a la violencia doméstica como líder indiscutible de contenidos y, como moneda de cambio, un valor tan frágil como el que representa la felicidad de los menores...

Apesadumbrado he vuelto a leer la frase "error del sistema" para justificar el fallecimiento de dos sonrisas, de cuatro ojos iluminados que han dejado de brillar para siempre.

Mi reflexión es ¿Qué es el sistema?... El sistema empieza por saber valorar la fortuna de ser padre o madre. Saber dar sin esperar nada a cambio. Saber que nuestros hijos serán aquello que nosotros les hemos trasmitido.

Soy padre de un niño de 7 años y, aunque divorciado desde hace cinco por diferencias conyugales, el respeto, la ilusión y el equilibrio son las piedras base que conforman nuestro "sistema" llamado hogar.

Mi hijo no forma parte de ningún trueque, ni sometido a ninguna presión de análisis de situaciones de desavenencia.... "El sistema" únicamente le encomienda un objetivo en esta larga caminata llamada vida, que es tener un corazón grande y en aquellas situaciones en las que el destino se ponga delante suya, ayudar a todo aquel que pueda.

En esa misma línea, estos pasados días he tenido la oportunidad de conocer a dos hermanos menores, dos diamantes sin tallar que intentan sacar sus momentos de felicidad entre paseo y paseo a Cáritas... Dos joyas cuya sonrisa es símbolo de autenticidad... Dos menores que aguantados por la garra y el empuje de su abuela, una de tantas abuelas a las que "El sistema" ignora.

¿Cuál es el sistema errado?

No caigamos en la banalidad de atribuir a jueces, educadores y servicios sociales la responsabilidad de un deterioro de valores y prioridades.

"El sistema" somos los padres, independientemente de la cualquier tipo de desavenencia.

"El sistema" somos aquellos familiares cercanos o lejanos, amigos, conocidos, vecinos, desconocidos... El sistema somos nosotros, nuestra mirada, nuestros oídos...

El sistema es observar, sentir, amar...

Me siento especialmente feliz por ver brillar cada día un poco más esos dos diamantes... Algo tan sencillo como ir al zoo, o poder tener una cajita de algún afamado restaurante de comida rápida, o algo mucho más barato como supone un minuto de escuchar...

Cada uno somos "El sistema". Observa todo lo que orbita a tu alrededor... Y decídete a mirar más allá... Encontrarás nuevas dimensiones y fantásticos diamantes a los que con tan solo un gesto de cariño harán brillar y nos darán la luz suficiente para poder construir uno a uno y entre todos un camino alternativo en un "sistema" menos errado.