Cumplimos años, hacemos balance.

Empieza un año nuevo y redactamos propósitos... al menos en nuestra cabeza... que ironía, sólo un día marca la diferencia de número, ¿qué digo un día? Un segundo no más y se clava de nuevo la esperanza esmeralda en el alma desangelada.

Tal vez sea una buena manera de ilusionarnos como niños, ellos lo hacen la noche de Reyes, nosotros brillamos cuando oímos las campanadas y sin querer, pensamos que habrá sido de todo lo que nos rodea cuando vuelva a llegar ese momento.

Lo vemos en los rostros, en las miradas, en aquel que te dice con un halo de tristeza que la mala racha no pasa y le respondes que todo será mejor en el año que empieza... a sabiendas de que no será así...

Dejaremos de fumar, iremos al gym, acabaremos esos libros a medias, llamaremos a "amigos" y tomaremos todos los cafés que no hemos tomado 365 días antes.

Pues no es verdad, el día uno todo será igual, o no, porque apenas un instante puede cambiar la vida, en cualquier mes del año, en cualquier día... en cualquier milésima de segundo.

Que gire la noria, que viva la vida, que siempre brille la luz de lo que esté por venir en vuestros ojos, que crujan las pestañas de risa, y si crujen de sal, que siempre haya coraje para seguir adelante.

Porque, cuando miremos atrás, estaremos haciendo balance del año que está a la vuelta de la esquina.

Que nada ni nadie frene vuestros sueños, que no aminoren vuestros pasos y... dejaros sorprender.

Feliz 2019. Feliz Vida.