Vivía en un piso "patera", no sabía ni una palabra de español y viajaba a bordo de un coche con matrículas falsificadas del cuerpo diplomático. Con él recorría Madrid para localizar a sus "presas": vehículos de modelos concretos que robaba por encargo en tan solo 20 segundos y con la tecnología más avanzada.

En dos meses de estancia en nuestro país, este hombre, de nacionalidad búlgara, actuaba solo y se hizo con dos coches a la semana hasta que los agentes de la Guardia Civil que le seguían los pasos le detuvieron. Y lo hicieron en la que han bautizado como "Operación Diplo", que culminó con el arresto de este hombre, en busca y captura en su país por delitos similares.

Se trata, según informa la Guardia Civil, de un verdadero experto en el robo de coches, que ejecutaba con una tecnología de última generación y de importante valor económico, solo disponible para profesionales del sector.

Al detenido, para quien el juez ordenó prisión, se le incautaron de las embajadas de Rumanía y Jordania y unas quince de países europeos.