Después de la muerte del dictador Franco y a través de la Transición llegamos a la democracia, pero ésta se ha vuelto muy complicada por tener un gobierno de extrema izquierda, aunque el PSOE predique lo contrario.

¿Cómo es posible que en un país, donde el disco de vinilo fue sustituido por de CD, el mp3 por el Spotify y la peseta por el euro, en la política retrocedamos a pasos agigantados por los idealismos de algunos partidos políticos?

Por el cambio climático, parece que el nacionalismo se ha multiplicado. Aquel nacionalismo que hemos heredado del dictador Franco, se ve atacado por los diferentes nacionalismos como el vasco y catalán.

Aquel PSOE que anuncio la quiebra del comunismo es hoy un partido muy distinto, por poner en duda la identidad de los españoles. Pedro Sánchez, siempre habla del pluralismo español para confundir a los ciudadanos, cuando lo lógico sería hablar de la diversidad española.

Las culturas españolas se están convirtiendo en nacionalismos.

Desde la Moncloa, Sánchez y sus mujeres (11 ministras) nos presentan un teatro de trabajos radicales de clásicos de la política, donde abundan las frases barrocas y juegos de palabras muy finas. Una gran manipulación pudiéramos decir, para no provocar a los políticos catalanes y que estos, pueda sin impedimentos seguir echando arenas en los engranajes de la democracia española.