Pues resulta que los médicos protestan por las actitudes de algunos pacientes.

Y resulta que también protestamos porque los funcionarios están asentados, ya por norma, en la vagancia.

Nos dicen que nuestros hijos están hipermegasobreprotegidos, sin cuestionar la situación personal que vivimos en los tiempos que corren, donde somos padres con 40 tacos, y ya los abuelos, en la mayoría, no están para trotes; así que sí o sí te toca estar pegada a tu descendencia, con lo que conlleva su evolución casi al segundo. Y nada, pues protestan también algunos profesores (no todos ni pretendo generalizar), porque ellos enseñan, nosotros educamos... ¡y chitón! Pues así un largo etcétera de protestas que no hacen más que revolucionar el cableado cerebral de toda la peña y sin solucionar nada.

Pues yo protesto también, ¡qué carajo! Que llevo al niño a urgencias y no me dejan casi contar lo que le pasa, me miran con cara de "otra loca madre primeriza", y se ríen cuando pregunto dudas, más que nada porque va a hacer 24 horas que no come y me gustaría saber qué medidas tomar.

Pues sí, soy primeriza y hago lo que puedo, me he encontrado casos de libro y esta última vez me preguntaron si el pequeño ¿comía con nosotros los fines de semana? Oiga, disculpe, ¿servicio de urgencias? ¿De verdad se cree que su padre y yo no tenemos nada mejor que hacer un sábado por la tarde que venir aquí?

Mi pequeño estuvo una vez ingresado, tras cinco, cinco visitas al mismo servicio médico... Uy estoy mu loca, soy una madre mu chunga.

Estimados pediatras (no todos), acudimos a ustedes, a veces incluso desesperadas, porque una vida depende de nosotras, porque no sabemos qué hacer, porque ocurre algo que no es habitual en nuestros retoños. Que a veces estamos semanas sin dormir, currando dentro y fuera de casa y no por ello vamos riéndonos del "mal" ajeno... Somos mamás.

Les aseguro que la angustia de verlos mal es una de las peores que vive una persona, que solo necesitamos que nos arropen, que nos tranquilicen y que entiendan que no vamos a verlos para pasar el rato.

A aquellos que siempre están para todo, gracias. Siempre una excepción rompe la regla (¿o no era así?). ¡Hoy protesto yo!