El genial cantante catalán se mojó y se manifestó en contra de la deriva de su querida tierra ante la fractura de la sociedad catalana y el enfrentamiento civil en las calles, provocado por políticos fanáticos que han sembrado el odio y la discordia por ambición personal y para tapar la enorme corrupción autóctona.

Pero, claro, todos los personajes famosos que viven en Cataluña de su imagen no pueden enemistarse del todo con el mundillo radical y perder fans. Entonces, el señor Serrat se arrima después a la alcaldesa antisistema Ada Colau en el homenaje a Pepe Rubiáns, presunto artista gallego catalanizado que en su día dijo aquello tan "intelectual" de que estaba hasta las pelo... de la pu... España y que ojalá les explotase a los patriotas y que de corbata, ya saben qué cosa, les quedasen colgando. En fin, a esta eminencia le han puesto una calle en Barcelona, retirándosela, en su lugar, nada menos que por "fascista", al almirante Cervera, uno de los que padecieron la Guerra de Cuba y que falleció en 1919 siendo un liberal (progre de la época) y antes de crearse el movimiento del "Fascio". La infamia, la ignorancia y la barbarie continúan su avance.