Autoridad y poder son siameses que compiten por ganarse a la ciudadanía. La gente suele confundirlos en lo teórico, sin embargo, a día de hoy las conductas individuales se rigen por referentes éticos más próximos al poder que a la autoridad. Motivo por el cual algunos católicos ya han incorporado a su mentalidad el triste "ir tirando y miedo por un tubo"

Mientras, el tenue totalitarismo no para de meter con calzador una ética cuya historia sólo registra praxis de muerte y gente sometida. Por algo el axioma más verificado es que:"El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente" .

Si el cuerpo social metaboliza dieta ética de poder, el miedo pasa a ser socialmente aceptado y queda expedito el camino para gobernar súbditos tolerantes a políticas canalizadoras de miedo inducido. Se ve en historias tipo Iraq, terrorismo, cambio climático, sobrepoblación, hambruna, machismo, homofobia…

La no mención del Cristianismo en la Constitución Europea o la reciente sentencia sobre Crucifijos expresan miedo y vergonzante esfuerzo del poder por minimizar el significado de la Autoridad como valor de referencia. De paso, se focaliza enemigo en la Iglesia Católica debido a su condición de agente moral quitamiedos .

Recapitulando : el poder busca neutralizar a la Jerarquía con insultos y mordaza con intención de que los católicos sigan de convidados de piedra en la elaboración de programas políticos ; es decir: nos quiere floreros.