Es lamentable y triste que nuestras vidas estén supeditadas a la política “reinante”,poco o nada valen nuestros valores,nuestro buen hacer,nuestra honradez y nuestras evidentes obras. Es opinión generalizada de los que conocimos Silleda antes de la creación de la Semana Verde,que era un bonito pueblo eminentemente agrícola y ganadero con sus honradas gentes y sus riquísimas rosquillas. Hoy,gracias a la dedicación y al trabajo del Sr.Maril, Silleda es conocida no solamente en Galicia y el resto de España,sino internacionalmente. Sus instalaciones,únicas en Galicia,sirven también para solucionar el problema de las multitudinarias oposiciones. Gracias Sr. Maril. Galicia tiene una deuda de gratitud con usted, ¿qué sería de Silleda sin su iniciativa y su tesón?