El Parlamento Europeo auguró horas bajas a la asignatura de Educación Física. 590 eurodiputados, concluyen: su media semanal decreció desde el año 2002, se constata marginación de la actividad deportiva en los centros, escasa financiación de equipamiento deportivo, cada año 400.000 niños en la U.E. sufren problemas de obesidad, en España el 32% de los niños la padecerán.

A la par resaltan el modo de invertir esta tendencia negativa, recomendando impartir 3 horas semanales de Educación Física. Resulta paradójico, que recomendaciones efectuadas por la clase política, tienen escaso calado entre los de su condición. Un ejemplo es lo planteado para Galicia, en donde si nadie lo remedia, nuestros alumnos de 1º de Bachillerato perderán una hora semanal de Educación Física, de las dos que se les imparten en la actualidad.

Resulta obvio, que la prevención de la obesidad, no es tarea exclusiva de la Educación Física, ya que la intervención de otros agentes es necesaria.

Y se me ocurre pensar que aumentar las horas de Educación Física a la semana, como único recurso, posiblemente no solucionaría el problema, ya que se precisaría además el apoyo e intervención de la familia y el entorno.

Pero la reducción de ese horario claramente empeoraría las cosas, pues se estaría contribuyendo a que los gallegos tengan grandes dificultades para identificar el ejercicio físico como un hábito diario, capaz de contribuir al desarrollo integral. Hoy por hoy, las horas de la asignatura de Educación Física que a diario se imparten en los centros educativos gallegos, representan la más importante baza educativa para luchar contra el sedentarismo y evitar sus consecuencias.