La selección de Nigeria debuta esta noche en la Copa Confederaciones sumida en lo que viene siendo habitual desde 2010: un caos. Las águilas verdes llegaron la pasada madrugada a suelo brasileño, mucho más tarde de lo inicialmente previsto. Los jugadores amenazaron con no viajar al no recibir unas primas de la federación. Sin embargo, una decisión del presidente del país en 2010, Goodluck Jonathan, ya estuvo a punto de dejar al país más poblado de África sin selección de fútbol.
Desde principios de los años 90, Nigeria siempre ha sido la avanzadilla del continente negro en el mundo del fútbol junto a Camerún. De hecho, Nigeria logró el primer oro olímpico africano en fútbol en Atlanta’96, tras superar a Brasil y Argentina. Aquel combinado levantó muchas expectativas. Destacaban nombres como Kanú, Finidi, Okocha, Oliseh, West o Ikpeba. En el Mundial de Francia’98 eliminó a España en primera fase, pero Dinamarca enfrió la euforia con una goleada en octavos de final.
Fue el inicio del declive. A la derrota ante Dinamarca se sumó la baja indefinida de su gran estrella: Kanu. Una dolencia cardíaca lo mantuvo alejado de los terrenos de juego. Las águilas cayeron en una profunda depresión. Durante toda una década vagaron sin títulos en África ni buenos resultados en Mundiales. Al de 2006 ni siquiera se clasificaron. El cénit a tanto despropósito llegó en 2010.
La federación nigeriana contrató al sueco Lars Lagerback para que dirigiera al equipo en el Mundial de Sudáfrica. Quedaban escasos meses para preparar el conjunto, que había logrado la clasificación con Shaibu Amodu en el banquillo. Dos derrotas ante Argentina (1-0) y Grecia (2-1) dejaron a Nigeria contra las cuerdas. Pero una victoria contra Corea del Sur le habría dado el pase a octavos. Yakubu, inexplicablemente, mandó al limbo las posibilidades de su equipo. Estaba a dos metros de la portería. No había portero. Pero su disparó se marchó fuera. El partido acabó con empate a dos. Tal vez, de haber marcado ese gol, la historia del fútbol nigeriano pudo haber cambiado.
Ante la eliminación, el presidente de la nación, Goodluck Jonathan, emitió un comunicado en el que suspendía la participación de la selección nigeriana en competiciones internacionales durante dos años. El motivo: el bajo rendimiento del equipo. El objetivo: reorganizar su fútbol. La FIFA, que no tolera injerencias políticas, dio al Gobierno nigeriano un ultimátum para que revocara su decisión. Si Jonathan no se retractaba inhabilitaría a todos los equipos, clubes y árbitros del país. El Gobierno se echó atrás. Si no hubiera rectificado, las águilas verdes no habrían participado en la Copa África de 2013. Nigeria se proclamó campeona de África en esa edición. Sin aquella rectificación, Nigeria tampoco jugaría hoy la Copa Confederaciones.