Un sofisticado túnel facilitará el mantenimiento del puente del tren de alta velocidad del Ulla

La conservación del emblemático viaducto ferroviario sobre el río Ulla en Catoira exigió a ADIF idear un costoso túnel de servicios, un sistema que incluye carros de mantenimiento, escaleras y plataformas que permite acceder por el interior del tablero a cualquier rincón, con un coste que rondará los siete millones de euros.

El innovador sistema incluye el citado vagón que se deslizará bajo el puente a través de cuatro estructuras que posibilitan el acceso lateral a diferentes zonas de las celosías metálicas y a la losa del tablero.

También se ejecutará una nave de acopio de los carros en las proximidades de la pila 9 del viaducto y se instalarán estructuras auxiliares de acceso y tránsito por el interior del tablero, con escaleras desde estribos y para el paso de montantes transversales inferiores, pasarela sobre arriostrados inferiores y escaleras verticales de acceso desde la losa inferior.

En el proyecto se cuenta con la realización de obras complementarias para el suministro de energía eléctrica a los carros de mantenimiento y la nave, abastecimiento de agua y caminos de acceso desde la red viaria a la explanada de la nave.

Una obra espectacular

El viaducto del Ulla, que cuenta con el récord del mundo por longitud en su tipología (tablero mixto de hormigón y acero), cuenta con once pilares, dispone de tres vanos y varios de acceso de 120 metros de luz. El vano central, de 240 metros, representó en su momento un hito al superar los 208 metros del puente de Nantenbach (Alemania).

Entorno natural singular

Se ha tenido en cuenta en su construcción que el viaducto iba a atravesar un entorno natural único por lo que el proyecto intentó la máxima integración en el entorno, que se logró con el menor uso de pilares ubicados en el cauce; la máxima independencia del río y sus riberas; y, la minimización del impacto ambiental.

Como se indicó en su día, el sistema constructivo procuró la reducción de las afecciones al cauce del río y para las tres pilas ubicadas en el cauce se construyeron isletas con escolleras y tablestacas; tanto para la ejecución de la cimentación como para el proceso de montaje del viaducto. Se realizaron, además, análisis de la calidad de las aguas durante las obras, con un complejo equipo de seguimiento y análisis instalados en la zona. El viaducto fue galardonado con el premio San Telmo 2015 del Colegio de Ingenieros de Caminos por su calidad técnica y su impacto positivo sobre la calidad de vida de los gallegos.

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