El BIC del viejo funicular también tiene un dron

Así se promociona la ruta de las vagonetas aéreas

El embarcadero de Santa Cristina.

El embarcadero de Santa Cristina. / FdV

Manuel Méndez

Manuel Méndez

En base a un acuerdo plenario tomado en noviembre de 2019, en junio de 2022 el Consello da Xunta declaró la antigua línea de vagonetas aéreas de Novo y Sierra como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de monumento y como patrimonio industrial.

Como paso previo a esa declaración, en noviembre de 2021, el Concello y Portos de Galicia estrenaban un embarcadero en el mismo lugar donde antaño existió un puerto de carga y descarga de mercancías para dar servicio a la citada y desaparecida fábrica de arcilla.

Todo ello conforma un mismo espacio que vale la pena disfrutar a vista de dron.

La semana pasada se informaba en FARO DE VIGO del lanzamiento de una serie de vídeos documentales, pertenecientes al Concello de Valga, que permiten disfrutar a vista de pájaro de la belleza que encierra este municipio, descubriendo imágenes inéditas de joyas naturales como las lagunas de Mina Mercedes y Porto Piñeiro, la Fervenza de Parafita, el Miradoiro da Perdiz y la playa de Vilarello.

Con ayuda de ese dron también se filmaron capítulos especiales ligados al embarcadero de Santa Cristina y al viejo funicular de la empresa Novo y Sierra, siendo ésta una forma añadida de promocionar ese espacio, las antiguas vagonetas y demás elementos que lo conforman, contribuyendo a que fuera declarado Bien de Interés Cultural (BIC) hace dos años.

Lo que hace el Concello de Valga es presumir de belleza y, de paso, reforzar ese BIC utilizando las últimas tecnologías para mantener viva una parte esencial de su historia.

La historia de un funicular de transporte aéreo de materiales de la empresa Novo y Sierra que aspira a ser restaurado como línea aérea de vagonetas.

Línea que aspira a recorrer de nuevo una parte de la parroquia de Campaña para conectar el embarcadero de Santa Cristina, donde disfrutar de los meandros del río Ulla y las Brañas de Laíño, con las desaparecidas explotaciones mineras conocidas como Mina Mercedes y Porto Piñeiro, que el paso de los años ha convertido en una laguna que atesora importantes valores medioambientales.

Ya se explicó en su momento que de la totalidad de la línea original de vagonetas solo se conservan los restos del tramo existente entre la vía ferroviaria y el río Ulla, que son los protegidos con el BIC.

Valga muestra su belleza desde el aire

Concello de Valga

Siete torres –cuatro de ellas completas– que fueron construidas en celosía metálica, con una altura que varía entre los cinco y los siete metros, y que junto a la zona del propio embarcadero de Santa Cristina serán determinantes para trasladar a los turistas que lleguen por el río hacia Mina Mercedes y el parque acuático previsto en Porto Piñeiro.

Cargadas de arcilla

Es decir, que se quiere dar a los visitantes la posibilidad de hacer el trayecto de ida y vuelta que hacían las vagonetas cargadas de arcilla y otros materiales.

Un sistema modular que “permitía variar la anchura y la altura de las torres para adaptarlas a las necesidades geográficas, disponiéndose sobre el terreno mediante cimentación”, recuerda la Consellería de Cultura en el expediente del BIC.

Esos son los elementos, cabe insistir, que el Concello de Valga promociona ahora a vista de dron, en el caso del embarcadero enseñando desde las alturas un lugar en su momento provisto de un moderno sistema –para aquella época– que permitía el giro de las vagonetas de carga con ayuda de ruedas metálicas.

Desde 1927

En definitiva, que el BIC y el dron, Valga mantiene vivo el recuerdo de aquel funicular que empezó a funcionar en 1927, para dar servicio a la cocción de teja y ladrillo que se realizaba desde 1921, de la mano de la empresa A Gándara, cedida en 1923 a empresarios de Pontecesures dedicados al comercio de ultramarinos que estaban interesados en la explotación de caolín y arcilla en terrenos propiedad de los vecinos de Campaña.

El proyecto previsto.

El proyecto previsto. / FdV

Fueron los orígenes de la industrialización de esta parroquia, en la que ahora se asientan diferentes firmas de reconocido prestigio y solvencia a nivel mundial.

Aquellos primeros movimientos industriales habían hecho necesaria la instalación de un sistema de transporte entre el lugar de producción y el de aprovisionamiento, de ahí que en 1927 se solicitara autorización para construir el embarcadero y el funicular mediante el que transportar materiales entre la explotación de Mina Mercedes y el río.

Así nacieron las vagonetas de Valga, con un mecanismo similar al de los teleféricos o funiculares de las minas de hierro de la Silvarosa, en Viveiro, o del Freixo, en Monforte de Lemos, aunque en la actualidad son las valguesas las únicas que se conservan.

Cualquiera puede hacerse una idea de todo esto observando ese vídeo que el Concello de Valga distribuye en las redes sociales, contribuyendo de manera indudable a la proyección de esta localidad y todo el Bajo Ulla como destino turístico y medioambiental privilegiado.

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