El Ayuntamiento de Catoira no deja de despuntar como destino estelar para los amantes del senderismo y el contacto con la naturaleza.
Razones no le faltan. Los molinos de viento de San Miguel y de Abalo, los de mareas y de río, las Torres de Oeste, el caudaloso Ulla, el robledal de San Cibrán, la laguna de Pedras Miúdas y multitud de petroglifos son solo algunas de ellas.
Cada vez más gente
De ahí que cada vez sean más las caminatas que se llevan a cabo a lo largo y ancho del territorio vikingo, muchas de ellas participadas por ciudadanos llegados desde diferentes puntos de Galicia, como se constató ayer con una ruta a la que acudieron ciudadanos de Betanzos, A Coruña, Negreira y otros lugares de la comunidad.
La experta arqueóloga Cristina Escaloni ejerció como guía de lujo en esta llamativa actividad, en la que tuvo oportunidad de explicar a los presentes la historia que rodea al municipio y a sus petroglifos.
Durante el recorrido a orillas del río Catoira y a través de frondosos bosques de ribera no quedó tiempo para el aburrimiento.
Reencuentro con la historia en Valga y Catoira
Cristina Escaloni
Todo lo contrario, ya que durante buena parte de los dieciséis kilómetros de recorrido, Cristina Escaloni Conde se encargó de despertar la curiosidad de los presentes, especialmente entusiasmados con los molinos de río y de viento.
El Centro de Activación Cultural Torres de Oeste (Cacto) fue otro de los alicientes de este recorrido en el que se mostraron solo algunas de las múltiples posibilidades que ofrece Catoira a los amantes de la naturaleza y a todos aquellos que disfrutan descubriendo la historia y los orígenes de los pueblos.