Un golpe de mar arrastró a Luis Piñeiro mientras recogía mejilla en Monte Louro

El hombre se encontraba con uno de sus hermanos, que intentó rescatarlo sin éxito debido al fuerte oleaje | La Salvamar Regulus trasladó el cuerpo al puerto de Muros

Bateeiros amarrados en el puerto de Vilanova de Arousa, este martes

Bateeiros amarrados en el puerto de Vilanova de Arousa, este martes / Noé Parga

A. G.

El sector bateeiro se encuentra de duelo después de perder ayer a uno de sus miembros. Luis Piñeiro Meixús, de 46 años y vecino de Vilanova, perdió la vida mientras trataba de recoger mejilla en las piedras próximas al faro de Monte Louro junto a un hermano con el que comparte la batea que heredaron de su padre cuando este se jubiló. Sobre las 10.20 horas, un golpe de mar lo arrastró, golpeándolo con dureza contra las piedras. Su hermano intentó rescatarlo del agua, lanzándose también al mar mientras veía como Luis Piñeiro agitaba todavía los brazos, pero el fuerte oleaje le impidió hacerlo y pronto lo perdió de vista.

Un particular alertó al 112 de lo ocurrido, movilizando este de forma inmediata al dar aviso a Salvamento Marítimo, al Servicio de Gardacostas de Galicia, a Urgencias Sanitarias de Galicia-061, a los miembros del GES de Muros, a los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local y a Protección Civil de Muros. La Salvamar Regulus tardaría algo más de veinte minutos en encontrarlo en una zona próxima al faro de monte Louro y fueron sus propios tripulantes los que iniciaron las tareas de reanimación, pero sin éxito, siendo trasladado el cuerpo hasta el muelle de la localidad, donde se certificó el fallecimiento. Su hermano acabaría siendo atendido por el personal de la ambulancia de varias heridas sufridas durante su intento por rescatar a Luis Piñeiro de las aguas de la ría de Muros.

Su hermano tuvo que ser atendido de las heridas que sufrió intentando rescatarlo

Piñeiro trabajaba la batea con su hermano, pero no era el único sector con el que estaba vinculado, ya que tenía una firma de excavadoras con la que realizaba trabajos para diferentes empresas, especialmente para la colocación de tuberías en obra pública. Estaba casado y tenía un hijo de doce años de edad y, aunque había residido prácticamente toda su vida en Corón, hacía unos años que había adquirido una vivienda en Currás, otro punto de Vilanova de Arousa.

El lugar en el que ocurrió el accidente de Luis Piñeiro es una zona peligrosa, batida por el mar y donde trabajar tiene sus riesgos, especialmente en las circunstancias meteorológicas que se registraban ayer en Monte Louro. Así lo apuntaba el patrón mayor de Muros, Daniel Formoso, tras ser conocedor de lo ocurrido. “Es una zona que, si no se conoce bien y con este tiempo, es muy peligrosa; hay que tener en cuenta que en ese punto comienza la Costa da Morte y se trata de un lugar muy complicado para la navegación o para trabajar sobre las piedras”.

tragedia louro W

tragedia louro W / Hugo Barreiro

La noticia de lo ocurrido se extendió como la pólvora por los grupos de whatsapp de los bateeiros, causando una gran preocupación en el sector. Lo apunta Manuel Janeiro, presidente de Amevila, la asociación de bateeiros de Vilanova a la que pertenecía el fallecido. Janeiro reconocía que “estamos pasando todos un momento muy jodido porque nos toca muy de cerca y duele que una persona tan joven pierda la vida así”. El presidente de la asociación de Vilanova tiene muy claro que este tipo de accidentes van a volver a repetirse porque “estamos arriesgando cada vez más por esta necesidad y ansiedad que nos han creado los políticos para tener cría con la que llenar la batea al limitarnos las zonas de recolección”. La zona donde ocurrió el incidente no es precisamente un lugar fácil, especialmente cuando se registran unas condiciones meteorológicas como las de ayer, con mar de fondo y mucho viento, pero “la presión que sentimos por la necesidad de disponer de recurso te aboca a trabajar en estas condiciones, cuando antes nunca se haría”, explicaba ayer otro compañero de asociación, antes de recordar que, este tipo de incidentes, se han incrementado en los últimos años, con varios avisos de cierta entidad.

Además de las bateas, Piñeiro Meixús también trabajaba con una excavadora para diferentes empresas de O Salnés

El alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, también se mostraba ayer profundamente consternado por lo ocurrido. “Le conocía personalmente, a él y a toda su familia, era un chico conocido, apreciado y muy trabajador; estamos totalmente consternados porque el mar vuelve a llevarse a uno de los nuestros de forma tan trágica y no podemos hacer otra cosa que lamentarlo y apoyar a la familia en todo aquello que necesiten en unos momentos tan duros como los que están viviendo”, explicaba ayer .

También abatido se mostraba el patrón mayor de Vilanova de Arousa, Rosalino Díaz, que reconocía “conocer muy bien a toda su familia; esto es un golpe tremendo para todos y desde la Cofradía les enviamos nuestras más sinceras condolencias y solidaridad”.

También el Consello Regulador de la Denominación de Orixe Protexida Mexillón de Galicia emitió ayer un comunicado en el que lamentaba la muerte de Luis Piñeiro Meixús mientras recogía mejilla en la zona del Monte Louro. “Este triste suceso pone de manifiesto, de nuevo, el riesgo que entraña la recogida de mejilla en las rocas del litoral que posteriormente surtirá las cuerdas de las bateas”, explica el comunicado. Añade que este tipo de situaciones también recuerda “el valor y la determinación de personas como Luis Piñeiro en el desempeño de su trabajo a pesar de los peligros que conlleva”, trasladando las condolencias a toda la familia del bateeiro vilanovés.

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Garantizar la mejilla suficiente para la siguiente cosecha se ha convertido en la principal preocupación de todos los bateeiros después de la crisis vivida en los últimos años. Eso ha llevado a muchos bateeiros a arriesgar demasiado, acudiendo en días de temporal a las piedras en las que nace la mejilla, algo que ya ha provocado varios incidentes graves. El más serio ocurrió en febrero de 2020, poco antes de la llegada de la pandemia, cuando tres vecinos de A Illa se acercaron hasta las inmediaciones de Ons para comprobar si había mejilla en las piedras. Un golpe de mar los arrojó al agua y hundió su embarcación, falleciendo el joven Iván Harry Otero, cuyo cuerpo sería rescatado del mar varios días después. La siguiente situación de riesgo ocurriría más de un año después, en diciembre de 2021, cuando una planeadora con cuatro personas a bordo, todos ellos vecinos de Vilanova de Arousa, zozobraba en la costa de Porto do Son. Los cuatro consiguieron ponerse a salvo, pero el susto fue importante. Algo similar volvería a ocurrir este mismo año, en febrero de 2020, cuando una lancha de A Illa, con dos personas a bordo, naufragaba en la costa de Sanxenxo mientras estaba buscando zonas donde extraer cría. Uno de los tripulantes acababa siendo rescatado por el Servizo de Emerxencias de Sanxenxo tras pasar unos minutos agónicos en el agua.