Un laboratorio de Italia confirma la nula resistencia de los conejos gallegos a los virus

La Mesa Galega pola Caza recibe nuevos resultados de su investigación sobre la mortandad de las poblaciones silvestres

Los animales viven en núcleos reducidos y aislados, lo que les impide alcanzar la inmunidad de grupo

Un cazador, en el monte Xiabre.

Un cazador, en el monte Xiabre. / Iñaki Abella

¿Por qué el conejo está al borde de la extinción en muchas comarcas gallegas y sin embargo es tan abundante en la Meseta castellana? Hay muchas posibles respuestas a esta incógnita que atormenta desde hace años a los cazadores gallegos, pero una de ellas es que los animales de Galicia están peor inmunizados a las enfermedades víricas.

Así lo pone de relieve un estudio que la Universidad de Córdoba ha realizado para la Mesa Galega pola Caza, y cuyos resultados se expondrán en una reunión que se convocará presumiblemente entre enero y febrero de 2024, una vez finalice la actual temporada de caza menor. A finales de septiembre de 2022 se comunicaron las primeras tesis del estudio, que había empezado un año antes con la colaboración de la Universidade de Santiago de Compostela y de numerosas sociedades de caza gallegas, entre ellas varias de O Salnés y Ullán.

Ya entonces se indicaba que los conejos de Galicia tenían un sistema inmunitario muy poco preparado para afrontar las enfermedades contagiosas. Unas conclusiones preocupantes, ya que ponían en tela de juicio la efectividad de las vacunas que se le administran a los animales en las granjas cunícolas de las que proceden la mayoría de los conejos de repoblación.

Pero en ese momento, quedaron por analizar una serie de muestras para conocer la resistencia de los animales a las enfermedades víricas. Dichas muestras se habían remitido a un laboratorio de Brescia (Italia), pues exigían un estudio algo más detallado, mediante una secuenciación genética.

Los técnicos de la Universidad de Córdoba recibieron los resultados de Italia hace unas semanas, y trasladaron recientemente sus conclusiones a la Mesa Galega pola Caza, que preside Manuel Martínez, presidente también de los cazadores de Portas.

Las conclusiones son muy preocupantes, pues inciden en lo ya expuesto en la primera fase del estudio, denominado “Lago-Healt”. “Los conejos en Galicia tienen muy pocos anticuerpos, y al encontrarse en poblaciones tan escasas y dispersas no hay posibilidad de que alcancen la inmunidad de grupo”, explica Manuel Martínez. “En Toledo hay una gran abundancia de conejo -añade el presidente de la Mesa- pero allí, precisamente por eso, por el tamaño de las poblaciones, los animales ya nacen en contacto con el virus y adquieren una cierta inmunidad a él, algo que aquí en inviable”.

Ya en septiembre de 2022, los técnicos de la universidad andaluza habían advertido de que el sistema inmunitario de los conejos de monte gallegos era prácticamente virgen a enfermedades como la mixomatosis.

Durante la temporada de caza de 2021 (de octubre de ese año a enero de 2022), los cazadores gallegos entregaron 237 muestras de conejos muertos, que fueron analizadas en los laboratorios universitarios. Y una de las conclusiones era que apenas el 11 por ciento de los animales tenían anticuerpos contra la mixomatosis.

“Lo que nos indica este estudio es que la mixomatosis es una bomba de relojería que tenemos en el monte, porque basta que aparezca un brote para que cause una mortandad enorme”, afirmó en ese momento Manuel Martínez Casal.

Los especialistas ya planteaban entonces que para que una población de conejos silvestres pudiese resistir una epidemia de mixomatosis al menos la mitad de los ejemplares deberían tener inmunidad contra el patógeno que la causa, ya fuese adquirida de forma natural, por haber sobrevivido a la enfermedad, o ya fuese proporcionada por las vacunas que se administra a los animales una semana antes de salir de la granja y ser “sembrados” en los cotos. Pero la realidad es que los conejos de monte gallegos están muy lejos de ese 50 por ciento de la población con anticuerpos que, sobre el papel, proporcionaría el colchón de la inmunidad de grupo.

El precio de cada ejemplar de repoblación oscila en las granjas gallegas entre los 11 y los 15 euros. En las granjas se les inyectan tres vacunas, una contra la mixomatosis y dos contra la hemorrágica vírica (una por cada cepa conocida), y esta inmunización cuesta entre un euro y dos por animal.

Hay sociedades que colgarán la escopeta antes de tiempo

El conejo es la especie estrella de la caza menor en Galicia. En consecuencia, la temporada está pasando sin pena ni gloria. Algunas sociedades, como las de Vilagarcía y Caldas ya ni siquiera llegaron a abrir la campaña con escopeta, con la finalidad de preservar las exiguas poblaciones que les quedaron. En los tecores de Meis y Portas optaron por no salir a cazar los jueves, para de este modo reducir a la mitad la presión sobre el recurso cinegético. En Sanxenxo barajan colgar la escopeta este mismo mes, sin llegar al final de la temporada, que es el 6 de enero. “A menos de un mes de que termine la campaña, el balance es muy malo”, sostiene Manuel Martínez. “En la mayoría de los tecores ya solo se va al monte a pasear o confiando en las especies de pluma, como las arceas o las becacinas”.

Manuel Martínez es tremendamente pesimista sobre el futuro de la caza menor en Galicia, ya que tradicionalmente esta dependió del conejo. En su momento, llegó a afirmar que “todo apunta a que el conejo de monte tiende a su desaparición, y que podría llegar un momento en el que ni siquiera se permita cazarlo”. Considera que la mala situación de este animal en Galicia se debe a una confluencia de factores, como el aumento de los depredadores naturales, el empobrecimiento de los hábitats por el abandono del rural, la proliferación de determinadas enfermedades e incluso la gestión cinegética.

Sobre esto, Martínez sostiene que en muchos casos se han introducido en Galicia ejemplares procedentes de otras regiones de España, y que esto ha podido ser contraproducente, “porque trajeron otras cepas víricas” a las que no estaban acostumbrados los animales silvestres autóctonos, lo que causó grandes mortandades. Precisamente, la Mesa Galega pola Caza auspició en 2021 el estudio de las universidades de Santiago y Córdoba, con la esperanza de que los técnicos aportasen alguna respuesta, y alguna esperanza. Respuestas han obtenido; esperanzas, por lo que parece, pocas.

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