Los coletazos de “Domingos” causan incidentes en el mar y el entorno del Umia

El oleaje rompe a la mitad un pantalán de hormigón en O Grove | Dos coches quedaron atrapados en Cabanelas

Un viñedo próximo al río Umia, completamente inundado.

Un viñedo próximo al río Umia, completamente inundado. / Iñaki Abella

El sábado fue un día muy complicado por el paso de “Domingos”, una borrasca que dejó ráfagas de viento de más de 100 kilómetros por hora en varios puntos de la comarca, como A Lanzada o Corón. Tras el paso del frente, sus coletazos siguieron causando algunas incidencias en la comarca arousana durante la jornada dominical, aunque menos graves que en la víspera.

Una de las más relevantes se produjo en O Grove, todavía el sábado por la noche, cuando rompió a la mitad un pantalán de hormigón situado en paralelo al muelle de embarque de pasajeros. La incidencia no ha causado daños puesto que no había ninguna embarcación amarrada a él, pero sí que generó mucha inquietud en O Grove, ya que se temió que se desprendiese una pieza del pantalán a consecuencia del fuerte oleaje y que golpease alguna de las lanchas o barcos bien amarrados.

Precisamente, durante las últimas horas circularon por las aplicaciones de mensajería vídeos en los que se aprecia como las olas zarandeaban completamente las lanchas atracadas en O Grove.

La situación mejoró ostensiblemente durante la mañana de ayer. Pese a que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantuvo activa la alerta roja en el mar hasta mediodía, en tierra apenas se notaron los efectos del viento. Tampoco llovió demasiado, con excepción de algunos chaparrones puntuales.

A pesar de ello, el río Umia siguió fuera de su cauce. En la zona de la concentración parcelaria de Cabanelas, el río inundó por completo docenas de viñedos y fincas. También atravesaba la carretera, muy utilizada por vecinos de Ribadumia o Cambados. Algunos conductores hicieron caso omiso de las señales y vallas que instalaron los servicios de emergencias de ambas localidades y pasaron igualmente, al ver que el agua había bajado. Por ello, los servicios de emergencias montaron guardia a media tarde de ayer para evitar el paso de nuevos automóviles, en previsión de que la situación podría volver a complicarse por la noche, al coincidir con marea alta.

En la víspera, dos coches quedaron atrapados en Cabanelas. Uno de los conductores admitió a los servicios de emergencias que pasó pese a que la vía estaba cortada porque quería enseñarle a su hija las consecuencias de la inundación. En Pontearnelas, la dueña de un hostal pidió ayuda a Protección Civil porque se le había inundado el bajo del establecimiento y necesitaba una bomba de achique. También colocó sacos terreros.

Piden que se avise de la apertura de las compuertas del embalse

El temporal del sábado causó numerosas inundaciones. Algunos afectados fueron el restaurante Muíño de Rudiño y el Club Náutico O Muíño, situados ambos a orillas del río Umia, en Cabanelas (Ribadumia). El agua también impidió trabajar a la Casa Portuguesa, la antigua Parrilla Umia (Vilanoviña). Su gerente, Manoel Fonseca, aseguró ayer que nunca vio subir el río tanto como el sábado. Lamentó que el Consorcio de seguros le dio la espalda el año pasado, negándose a indemnizarle por las cuantiosas pérdidas que sufrió cuando el agua le anegó el sótano. “Perdí entre 8.000 y 10.000 euros”, aseveró el restaurador. Manoel Fonseca entiende que hay ocasiones en que no queda más remedio que abrir las compuertas del embalse de Caldas, pero pide a los concesionarios, “que nos avisen con un poco de margen, para estar preparados”.

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