Entre las acciones a destacar de la Fiesta del Agua celebrada ayer en Vilagarcía está el encomiable trabajo realizado por los servicios de limpieza.
La empresa concesionaria del servicio de limpieza, los operarios municipales y usuarios de la asociación Bata de ayuda al autismo se emplearon a fondo para adecentar la ciudad, tanto antes como después de “la gran mojadura”.
No era fácil acabar con tanto desperdicio acumulado de madrugada, y mucho menos acabar con el mal olor existente allí donde algunos utilizaron las calles, portales y paredes como meadero.
Buena respuesta
Pero tras la intensa noche de “movida” se desplegó un intenso trabajo, tanto en la explanada TIR como en el centro de la ciudad, para eliminar cualquier tipo de resto que pudiera poner en peligro la integridad de los participantes en la Festa da Auga.
Manualmente, con camiones u otros medios, unos y otros despejaron la llamada “zona húmeda”, reduciendo así el riesgo de caídas y cortes.
Y por la tarde, cuando las mangueras, cubos y demás utensilios dejaban de regar, los operarios retiraron las vallas que protegían las fuentes de Praza de Galicia y la calle Arzobispo Lago.
Los trabajadores de limpieza aceleraron de nuevo el ritmo para que la ciudad estuviera en buenas condiciones, pensando en la procesión solemne de las 20.30 horas, con la que se devolvía la imagen de San Roque a la iglesia parroquial.