Los niños de menos edad se han anticipado a todos los demás. Gracias al trabajo del profesorado y con la implicación de los progenitores, ayer pudieron disfrutar por todo lo alto, y con máxima seguridad, de su propia Festa da Auga. Fue una réplica en miniatura de la apoteosis que se vive en Vilagarcía cada 16 de agosto. Y como hacen los mayores, estos críos también se lo pasaron en grande. No faltó el lanzamiento de globos de agua, aunque otros recurrieron a pequeños cacharros de plástico para mojar a sus compañeros. A carcajada limpia, los críos de la guardería municipal vilagarciana convirtieron pequeñas bañeras en una especie de piscinas en las que introducirse para disfrutar al máximo este primer contacto con la fiesta y la celebración de San Roque. “Se lo pasaron pipa”, resume la directora del centro, Mavi Castiñeiras.