El último cartucho de un viejo rockero

Venida a menos en los últimos tiempos, la popular calle de vinos A Baldosa, en el centro de Vilagarcía, estrena hoy un nuevo negocio que la ayudará a resurgir de sus cenizas.

Se trata de un local anexo a la cafetería vermutería Stocolmo 2.0 que seguirá los pasos de este concurrido establecimiento y tratará de dar respuesta a la creciente demanda de cafés y desayunos que plantean sus clientes, especialmente en invierno.

Cosas de Pachi

El artífice de este nuevo proyecto no es otro que Pachi, uno de los hosteleros más importantes de la comarca y toda una referencia en le sector, del que forma parte desde los años ochenta y en el que ha sido una inspiración para otros muchos empresarios.

Siempre acompañado de su pareja, asesora y decoradora de confianza, la carrilexa Rebeca Abelenda, Pachi presenta el que puede ser su último gran proyecto, cerrando un círculo que abría en 1983, cuando se hacía cargo del chiringuito de la playa Compostela.

Don Ricardo

Desde allí dio el salto a la antaño afamada discoteca del viejo balneario de la playa, la sala Don Ricardo, ya que tras el cierre de la misma convirtió las instalaciones en un pub que pronto sirvió de guía a otros muchos locales de copas.

Su gran irrupción en la movida vilagarciana que tanto ayudó a impulsar hace cuatro décadas tuvo como referencia el Cafetrópolis, un local de copas que funcionó durante diez años a orillas del río O Con, cuando aún no existían el paseo, el parque de A Xunqueira ni el centro comercial Arousa.

En la época dorada del río vilagarciano como zona de ocio nocturno llegaron a funcionar en la zona una veintena de locales de copas, siendo el Cafetrópolis por todos recordado.

Fue a finales de los años noventa cuando Pachi quiso reinventarse y, ya casado con Rebeca, fundó el bar-cafetería República, que ocupaba el antiguo restaurante Avenida que funcionó en A Mariña y donde la decoración hizo que se convirtiera en una especie de museo, siendo aquel establecimiento la inspiración del actual Stocolmo 2.0.

O Cavadelo

Pero antes de llegar a esta época, y después de los siete años del República, Pachi y Rebeca tocaron otros palos, montando un restaurante con local de copas en O Cavadelo, el “Como en casa”.

Pachi incluso se tomó un respiro de ocho años en el que salió de detrás de la barra para centrarse en una empresa de catering que prestó sus servicios en el Palacio de Congresos de Santiago y algunos de los más populares pazos de Galicia.

El Stocolmo 2.0

Tras un fugaz paso por la cafetería L’atelier, que hicieron realidad transformando el viejo bar Dorna, Pachi y Rebeca estrenaron en 2014 el Stocolmo 2.0, para lo cual transformaron y ampliaron el mítico bar Xentes.

No satisfechos con eso, en plena pandemia fundaron, también en A Baldosa, el sorprendente Lili Marleen, recientemente traspasado por Pachi para poder centrarse en el local anexo al Stocolmo afrontando una especie de ampliación o refuerzo de la idea original.

Café para llevar

La misma vermutería-cafetería, por cierto, en la que Pachi siguió innovando, pues si bien unos años antes había sido pionero en eso del “café para llevar”, en este proyecto se sacó de la manga su propia marca de vermú y abrió las puertas del negocio a las mascotas, llegando a ofrecer pinchos especiales a los perros que acompañan a sus dueños mientras consumen en el establecimiento.

Aunque eso de las innovaciones no debe sorprender a nadie, ya que es algo que Pachi lleva en los genes, como demostró en los años ochenta cuando funcionó el Cafetrópolis y fue el primero en sacar televisores y reproductores de vídeo a la calle para dar un servicio añadido a sus clientes.

Y no solo innovó en la hostelería, como lo demuestra que a principios de los noventa pusiera en marcha “Traspiés”, la primera tienda outlet de Vilagarcía con algunas de las firmas de moda más importantes del mundo.

Nostalgia

En definitiva, que aquel joven cambadés que aterrizó en Vilagarcía para ganarse la vida y convirtió un verano en cuarenta años de hostelería está dispuesto ahora a quemar su último cartucho y, de paso, contribuir a la revitalización de A Baldosa.

Lo hace con ese nuevo local de hostelería de tintes retro y cargado de elementos nostálgicos con cuya cuidada decoración aspira a convertirse en un museo más de la ciudad vilagarciana.

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