El número de visitantes a Areoso será de 150 y se repartirán en tres turnos de acceso

La Orden introduce una disposición adicional para reconocer de forma explícita la libertad de navegación dentro de la zona de protección para evitar posibles interpretaciones erróneas

Al islote Areoso podrán acceder 150 personas al día en tres turnos.

Al islote Areoso podrán acceder 150 personas al día en tres turnos. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

A. G.

La orden para regular los usos públicos y las actividades permitidas y autorizables en el archipiélago de Guidoiros, del que forma parte Areoso, y la isla de Rúa ya está redactada. En ella se han contemplado algunas de las propuestas que se realizaron en las alegaciones por parte de empresas de ocio y por entidades como los pescadores deportivos o los ecologistas. La directora xeral de Patrimonio Natural, Belén do Campo, se lo comunicó ayer a los alcaldes de A Illa, Carlos Iglesias, y al de Ribeira, Manuel Ruiz.

Al documento que se presentó el pasado mes de noviembre se presentaron 375 alegaciones y la Xunta ha decidido incluir en la orden algunas de esas propuestas, centradas, sobre todo, en los usos y actividades permitidas y autorizables dentro del espacio que forman estos islotes. Así, una de las medidas más polémica, la limitación en el número de personas, se modifica. Pasa de los 100 en temporada alta a los 150 visitantes diarios en Areoso, pero sin alterar su capacidad de carga. Se introduce un tercer turno de visitas frente a las dos previstas inicialmente.

Esos turnos se articularán de la siguiente forma: del amanecer hasta el mediodía; del mediodía hasta las 16.00 horas; y de las 16.00 horas hasta el atardecer, por lo que se reduce el tiempo de estancia para incrementar las frecuencias de las visitas. Las autorizaciones diarias de fondeos y atraques en la zona se van a incrementar también en un 50%, tanto durante la temporada alta como en la baja.

Actividades permitidas

Otra de las grandes novedades que se introduce en la orden es que, entre los usos y actividades permitidos, se incorpora el acceso a la isla de Rúa y al islote Pedregoso fuera del período de cría, es decir, desde el mes de marzo al de junio; el submarinismo recreativo y deportivo en apnea; y la pesca recreativa en todo el ámbito, salvo en los 200 metros que rodean Areoso. Esta era una reivindicación muy significativa de pescadores deportivos y submarinistas, que veían como la orden, de forma inicial, cercenaba estas actividades en una 1.000 hectáreas de superficie en torno a los Guidoiros y a Rúa, precisamente donde más se practica.

También, en el caso de los usos autorizables, previo permiso, se introducen también el submarinismo recreativo y deportivo en grupos y con equipos autónomos, salvo en la zona balizada en el islote Areoso.

En la orden también se va a introducir una disposición adicional con el fin de recoger explícitamente, de acuerdo con la normativa estatal, la libertad de navegación en toda la lámina de agua del ámbito afectado por la regulación, con el fin de evitar, posibles interpretaciones erróneas.

Desde hace más de una década, A Illa venía reclamando unas directrices de protección para el islote Areoso, sobre todo porque la masiva afluencia de embarcaciones de recreo y bañistas estaba acelerando los procesos naturales de degradación. Se dieron unos primeros pasos, obligando a los barcos a amarrar fuera de un perímetro de boyas y a acercarse en embarcaciones sin motor a la arena para evitar que las hélices pudiesen dañar los bancos marisqueros que se encuentran en las inmediaciones.

También se vallaron las dunas donde anidan las aves y, durante la época de cría, se controló el acceso para evitar que se dañasen los huevos y las crías del chorlitejo patinegro, una especie que se encuentra en riesgo de desaparecer.

En los muelles se instalaron paneles explicando la importancia de preservar el islote Areoso y evitar la masificación, ya que estaba causando estragos. A toda esta riqueza natural se suma que Areoso es una zona arqueológica de alto valor. En su interior existieron cinco mámoas (una de ellas acabó destrozada por las mareas) y se localizó el maxilar de un “castrexo” algo prácticamente imposible en el resto de Galicia debido a la acidez del suelo. Toda esa riqueza arqueológica está en riesgo por las mareas que, cada vez más, ocupan más terreno y ya han conseguido romper el islote en dos en pleamar.

Agresiones

Sin embargo, todas esas medidas no tuvieron demasiado éxito. Lo saben bien los vigilantes de la Cofradía de A Illa que, durante años, han estado controlando toda la zona y cursando denuncias contra embarcaciones que no respetaban las boyas o que, literalmente, las arrastraban para poder amarrar más cerca de la arena. No contribuyeron calificativos como el de “El caribe gallego”, que incitaron a que las visitas fuesen a más y sin ningún control. Tales fueron los desmanes que incluso un conocido vilanovés llegó a pasearse por la arena de Areoso en su quad anfibio, un acto por el que tuvo que abonar 6.000 euros de sanción.

Es por todo esto que el Concello de A Illa lleva todos estos años reclamando una mayor protección para un islote que es un paraíso natural que se encuentra en peligro de extinción.

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Las modificaciones introducidas, sobre todo en lo relativo a los cupos de visitantes, fondeos y atraques hacen necesario adaptar la aplicación habilitada por la Consellería para que las personas interesadas en acceder a este espacio puedan tramitar los correspondientes permisos. Por este motivo, do Campo indicó que la puesta en práctica de la nueva regulación, una vez se complete la tramitación de la orden y sea aprobada, está prevista para este verano. En todo caso, do Campo le trasladó a ambos regidores que durante la Semana Santa, y en previsión de que pueda haber en esta época una mayor afluencia al islote Areoso, la Consellería de Medio Ambiente reforzará la presencia de su personal en la zona con el fin de garantizar un aprovechamiento público adecuado y que la temporada discurra sin incidentes. Incidió la directora xeral en que todos los cambios previstos mejorarán la futura orden de usos y actividades, un instrumento que, tal y como recordó, responde a la “voluntad de colaboración mostrada por todas las administraciones y colectivos implicados con el fin de impulsar la mejor regulación posible para conservar este espacio natural”. De esta forma, se busca combinar el interés turístico creciente de esta zona con la protección de los notables valores y recursos naturales que concentra y que despiertan un gran interés desde el punto de vista científico, cultural y medioambiental.

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