La mayoría de familias de O Salnés renuncian a vacunar a sus hijos contra el coronavirus

Entre el 50 y el 70 por ciento de los niños que acaban de cumplir cinco años no han recibido el primer pinchazo

Acceso al Hospital do Sainés, cuando se inició la primera campaña de inmunización infantil.   | // IÑAKI ABELLA

Acceso al Hospital do Sainés, cuando se inició la primera campaña de inmunización infantil. | // IÑAKI ABELLA / Anxo Martínez

Entre un 50 y un 70 por ciento de los padres de niños que han cumplido cinco años recientemente renuncian a vacunar a sus hijos contra el COVID. Así lo apuntan desde el servicio de Enfermería que coordina la campaña de vacunación en el Hospital do Salnés. En concreto, en los últimos meses han sido casi medio millar los tutores que han desistido de la posibilidad de inmunizar a sus niños contra el coronavirus. También está siendo bajo el número de chicos de entre cinco y catorce años que acuden al Hospital arousano para inmunizarse, ya sea por primera vez o para recibir una dosis de refuerzo. “Estamos vacunando a entre diez y quince niños a la semana”, sostiene la coordinadora de vacunación en el área sanitaria Pontevedra-O Salnés, Marina González, con datos específicos del distrito sanitario arousano.

Una enfermera vacuna a un policía local en el Hospital do Salnés.   | // IÑAKI ABELLA

Una enfermera vacuna a un policía local en el Hospital do Salnés. | // IÑAKI ABELLA / Anxo Martínez

Tal y como estaba previsto, la adherencia a la presente campaña de inmunización contra el COVID ha disminuido sensiblemente. El 1 de diciembre pasado se abrió el punto de vacunación del Hospital do Salnés, tras unas semanas en las que se inoculaban los pinchazos en el recinto ferial de Fexdega, también en Vilagarcía. Allí acudieron principalmente las personas mayores de 65 años y los trabajadores de riesgo, como los sanitarios. Desde el 1 de diciembre, la campaña se trasladó a Rubiáns y se abrió a la población general.

Desde entonces, se protegieron contra el COVID entre 3.500 y 4.000 personas, de todas las edades. Eso sí, González advierte de que “por debajo de los 50 años no viene demasiada gente”. Sin embargo, sí está siendo relativamente elevada la afluencia de personas a partir de la mediana edad, de ambos sexos.

La coordinadora de vacunación en el área sanitaria plantea que la situación actual es la esperada por las autoridades. Sí se produjo un repunte sensible en las citas a principios de enero y durante buena parte de febrero, coincidiendo con el final de las restricciones sociales en China y el exponencial crecimiento de casos en ese país. No obstante, en las últimas semanas la afluencia al punto de vacunación ya se ha reducido considerablemente. Hay días en que apenas se inmunizan entre 35 y 40 personas en toda la jornada.

“Esta situación era la esperada”, plantea Marina González. “Ya sabíamos que hay gente cansada y que se le perdió algo de miedo al COVID, pero aún así nos sorprendió el bum de vacunaciones que se produjo entre enero y febrero”. De hecho, en esas semanas, “la ocupación era del cien por cien”, e incluso había que esperar unos siete días para encontrar un hueco libre.

El día de mayor ocupación desde diciembre ha sido el sábado, con una asistencia media que se aproximó al 70 por ciento.

Motivos del rechazo

El personal del área sanitaria sigue realizando una labor activa para fomentar que la población esté inmunizada, llamando por teléfono a las personas de más edad, a las familias de niños que han cumplido cinco años o a personas que por una razón u otra constan como pacientes de riesgo. Los que rehúsan la invitación apelan a diferentes argumentaciones.

En el caso de los niños de menor edad, sus tutores suelen argumentar que o bien ya han pasado el COVID-19 o que no consideran necesaria la inyección, dado que en la mayor parte de los casos la enfermedad cursa con síntomas leves o inapreciables entre la población pediátrica. En el caso de las mujeres en edad fértil, “muchas se muestran reticentes porque tras las primeras dosis notaron cambios en la regla”. Hasta ahora, una gran parte de los pacientes aprovechaban la visita al Hospital para vacunarse también de la gripe, pero las autoridades retiraron los últimos viales que quedaban por administrar hace unos días.

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El punto de vacunación del Hospital do Salnés se encuentra en la planta baja del edificio sanitario, donde se encuentra el salón de actos. Funciona los miércoles, jueves y sábados por la mañana (de 9.00 a 14.00 horas), y los jueves, de 15.30 a 20.00 horas. Por norma general, se administra la vacuna de Pzifer, que protege tanto contra las variantes originales del COVID como contra la ómicron. A mayores, el personal tiene los antídotos de Moderna y de Sanofi, si bien en el caso de la de Moderna se aconseja a los pacientes que la prefieran que lo hagan constar antes de la visita, pues no hay existencias en el Hospital todos los días. Los pacientes pueden reservar cita por teléfono o internet, aunque también son muchos los que acuden al Hospital sin cita previa, y son igualmente atendidos. Eso sí, si van en un momento que hay mucha gente, es probable que tengan que esperar un poco, pues tienen preferencia los que van con cita. Puesto que la demanda de vacunación ha bajado en las últimas semanas, es posible que a corto plazo se elimine una de las jornadas de vacunación.

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