O Castro: Un ejemplo a imitar

Nació para dinamizar la zona más rural de Vilanova de Arousa, la parroquia de Baión, hace ya tres décadas. Nadie creía entonces que O Castro podría alcanzar la dimensión que posee hoy, y sobre todo, pocos imaginaban que se convertiría en un modelo de voluntariado que, esta misma semana, ha sido reconocido por la Xunta con el premio Galicia Acción Voluntaria. La asociación que preside José Sabarís dio sus primeros pasos en este campo hace ya muchas décadas, recaudando fondos para ayudar a las víctimas del genocidio que se estaba registrando en Ruanda, a lo que se sumó su colaboración con Cáritas.

El primer salto cualitativo en el voluntariado llegó en el año 2010, cuando O Castro y Unicef unieron sus caminos con un convenio de colaboración para poner en marcha una serie de actividades de sensibilización sobre la situación de los niños en muchas partes del mundo. El siguiente salto llegaría en 2012, con la puesta en marcha del grupo de voluntariado juvenil y de mayores, un salto que conllevó un sinfín de actividades relacionadas con el medio ambiente en su mayoría, como la recuperación del Monte do Castro o el inicio de la recuperación de oficios tradicionales.

Dos años después, el colectivo daba un salto importante en el apartado social. Nacía la unidad de atención a mayores y discapacitados, la iniciativa que ha permitido dar un salto todavía más alto en la labor de voluntariado. Con 15 jóvenes de Con Eles y 25 personas mayores de Vilanova y municipios próximos, unos 60 voluntarios de diferentes edades trabajan a diario de una forma que nada tiene que ver con un centro de día o una residencia. Sabarís, el presidente de la entidad, prefiere llamarlo una “atención a la soledad de los mayores”, una ayuda a envejecer con calidad de vida, con actividades psicomotrices, manualidades, simulaciones de memoria, impulso a la autoestima y, sobre todo, un lugar donde escuchar y ser escuchados. Eso con los mayores, con los jóvenes de Con Eles, se trabajan lenguajes alternativos y pictogramas.

La unidad es muy ambiciosa para una entidad como O Castro, ya que cuenta con un educador social, una animadora sociocultural y una enfermera, así como con un comité asesor que es el que se encarga de analizar, cada tres meses, las actividades que se desarrollan. Ese comité está formado por las tres profesionales anteriores, un psicólogo, la edil de Servizos Sociais de Vilanova y un médico gerontólogo que supervisa todas y cada una de las acciones.

Todo ese bagaje acumulado durante las tres décadas de vida fue el que se presentó a los premios que otorga la Xunta desde 2020 y pesó mucho a la hora de que el jurado se decantadse por O Castro. Sabarís reconocía ayer que “esto es un orgullo y una satisfacción para todos los voluntarios, pero al mismo tiempo, también es una responsabilidad mayor para la asociación, porque después de esto debemos mantener, como mínimo, el mismo entusiasmo y la misma intensidad”.

Sabarís reconoce que “queremos disfrutar de este premio y tratar de hacer más felices a las personas más vulnerables de la sociedad”.

Sabarís no se olvidó de agradecer a todas las entidades que apoyaron su candidatura al premio, sobre todo a las formaciones políticas que conforman el plenario de Vilanova. Fueron las mismas que, en 2015, le otorgaron por unanimidad de todos los concejales la Medalla de Ouro del municipio.

El presidente de la entidad compareció acompañado de un nutrido grupo de voluntarios, en el que todos destacaron la alegría que supone recibir este reconocimiento y el empuje que les va a dar para seguir colaborando y ayudando a las personas con mayores dificultades.

Suscríbete para seguir leyendo