Un vecino de Vilagarcía de Arousa ha sembrado el pánico en la ciudad durante los últimos días. Se trata de un ciudadano que reside en una conocida plaza de la calle Arzobispo Gelmírez, en pleno centro urbano, y desde su piso ha estado actuando como si de un francotirador se tratara.

Este individuo, que ha sido identificado por la Policía Nacional, se ha dedicado a disparar desde su ventana con una escopeta de aire comprimido.

Posible calibre de 5,5

Se trata de balines, posiblemente de punta reforzada –lo cual incrementa su capacidad de penetración– y con un calibre que podría rondar los 5,5 milímetros, uno de los más altos y peligrosos cuando se trata de este tipo de munición.

Al parecer, este individuo ha estado utilizando su arma desde una de las ventanas de su vivienda en varias ocasiones y se ha dedicado a disparar a los edificios situados al otro lado de la plaza y de la calle, justo al final de la misma, unos metros antes de la confluencia de Arzobispo Gelmírez con la calle que avanza desde la plaza de la Independencia hacia San Roque.

Algunos ponen en duda su capacidad mental

Se desconocen las razones por la que este hombre la emprendió a tiros con el edificio de enfrente, aunque no parece que se tratara de un ataque indiscriminado ni de una acción premeditada, para hacer daño, sino que se cree que podría estar disparando para probar puntería o incluso para divertirse.

Razón por la cual, algunos vecinos incluso ponen en duda la capacidad mental del tirador, reclamando a las autoridades que intervengan “antes de que tengamos que lamentar alguna desgracia”.

El canalón del edificio atacado. M. Méndez

De este modo los residentes en la zona muestran su preocupación por lo ocurrido, aclarando a FARO DE VIGO que el tirador eligió como diana –se desconoce si hay alguna más– el canalón que baja por la pared en la división de dos edificios habitados, situándose esa bajante a escasa distancia de las ventanas de las viviendas; a la altura de un primer piso.

Tubo del gas

Además, esa canalización de agua de lluvia que desciende desde el tejado está situada en paralelo a un tubo de gas –a escasos centímetros–, por lo que éste también podría resultar alcanzado por los disparos.

Es cierto que ese tubo resulta casi imposible de perforar con unos balines –no se trata del latón empleado en los canalones–, pero aún así los vecinos temen lo peor y, en cualquier caso, insisten en que “el día menos pensado puede entrarnos uno de esos balines por la ventana”.

Se aprecian los impactos

Ni que decir tiene que estos disparos, cuyos efectos se notan claramente en el canalón –hay marcas del impacto de balines que salieron rebotados y las perforaciones propias de los que lograron penetrar–, causan enorme alarma entre el vecindario, ante el temor a que “un balín perdido” pueda causar una tragedia.

Así quedó el canalón tras los balinazos. M. Méndez

Hay que tener en cuenta, en relación con esto, que las escopetas de aire comprimido pueden tener un alcance superior a los cien metros y que uno de esos balines puede llegar a matar a un animal –también a una mascota– y, desde luego, causarles graves heridas.

Unas consecuencias que también pueden sufrir las personas, dependiendo del punto de impacto del balín, el calibre y la distancia a la que se dispare.

Los residentes en el entorno lo saben, y de ahí que algunos denunciaran los hechos en Comisaría.

Y parece que surtió efecto inmediato, ya que, según ha podido saber FARO DE VIGO, al menos tres agentes de la Policía Nacional de Vilagarcía se personaron en el domicilio del tirador, instruyendo las correspondientes diligencias.