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Los militares españoles se ven obligados a soportar temperaturas de hasta 18 grados bajo cero.Ejército de Tierra

El Ejército de Tierra ya prepara en O Grove su misión en la Antártida

Los trece soldados que se van a Isla Decepción se entrenan en aguas de San Vicente

El Ejército de Tierra ya está desplegado en O Grove. Un grupo selecto de militares, especialistas en comunicaciones por satélite, mantenimiento, navegación, alimentación, medio ambiente, movilidad en nieve y medicina, entre otros campos, se emplean a fondo hasta el viernes.

Se adiestran para, entre diciembre y marzo, desplegar la XXXVI Campaña Antártica, consistente en garantizar la seguridad de los científicos que se dedican al estudio de la flora y la fauna en el aún desconocido continente helado, entre otros objetivos.

De ahí que esos trece soldados, que suman 28 misiones internacionales a sus espaldas y entre los que hay dos mujeres (la oficial de Medio Ambiente y la suboficial de Comunicaciones), vayan a facilitar y garantizar los desplazamientos de los científicos por tierra y mar, velando siempre por su seguridad ante las situaciones de emergencia que puedan producirse, derivadas de la compleja orografía y la climatología extrema.

Con base de operaciones en el puerto de Pedras Negras (San Vicente de O Grove), los militares completan así una formación que los llevará a proteger con totales garantías a la comunidad científica y a ellos mismos, cuando estén a 13.000 kilómetros de casa y se vean obligados a soportar temperaturas de hasta 18 grados bajo cero y vientos de más de 120 kilómetros por hora.

Uno de los ejercicios de rescate que prepara el Ejército en O Grove. | // FDV

Lo que hacen ahora, tras superar otras fases de preparación previas, es familiarizarse con el manejo de las embarcaciones neumáticas y los trajes especiales que van a utilizar –capaces de resistir las gélidas temperaturas que se van a encontrar– cuando estén al lado de la comunidad científica nacional e internacional en las labores de investigación que se llevan a cabo desde hace años en la Isla Decepción y otros lugares del territorio antártico.

Como también se ocuparán de las telecomunicaciones y, por supuesto, de la gestión medioambiental, “incluyendo la monitorización del impacto medioambiental por actividades humanas como el turismo”.

Con la mirada puesta en dicha isla, situada a más de mil kilómetros de distancia de la costa sur sudamericana, y a cien kilómetros del continente antártico, los militares ahora destacados en la localidad meca realizan todo tipo de ejercicios y pruebas que les serán de utilidad en esta misión.

Un despliegue con el que España da cumplimiento, un año más, a los acuerdos suscritos en 1998 en el Protocolo del Tratado Antártico para la Protección del Medio Ambiente, colaborando en las misiones científicas que se llevan a cabo.

El sargento Lobato con unos pingüinos de fondo en la Isla Decepción, durante una campaña anterior.

Buque “Hespérides”

Como también manteniendo en buenas condiciones todo el material y las instalaciones de la Base Antártida Española (BAE) Gabriel de Castilla, gestionada por la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército de Tierra y puesta en marcha a finales de 1988, cuando se instaló en la Isla Decepción como refugio militar para apoyar los trabajos de investigación y levantamientos topográficos que allí se estaban realizando en aquel momento.

En el Polo Sur, esta misión del Ministerio de Defensa también permite dar apoyo al buque de investigación oceanográfica “Hespérides” y a la base Juan Carlos I, que gestiona la Unidad de Tecnología Marina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y, a ocho horas de navegación, se sitúa al sureste de la isla Livingston, en el mismo archipiélago de las Shetland del Sur del que forma parte Isla Decepción.

Junto a la BAE Gabriel de Castilla, conforman las tres grandes plataformas de investigación con las que opera España en la Antártida, y gracias a ellas, “podemos mantener la presencia física de país en el territorio antártico, colaborar con el Ministerio de Ciencia e Innovación y mantener en adecuadas condiciones de uso las instalaciones, material y equipo para el desarrollo de los trabajos de investigación y experimentación”, explican en el Ministerio de Defensa.

Adiestramientos de la Campaña Antártica en O Grove.

Al igual que “desarrollar proyectos de investigación y experimentación para el Ejército de Tierra y dar a conocer a la sociedad en general, al mundo científico y a la institución militar, en particular, nuestra presencia y actividades en la Antártida”, apostillan.

En cierto modo una parte del futuro del planeta está en manos de esos soldados que ahora se entrenan en O Grove y cuya misión en la Antártida se antoja esencial para la comunidad científica y la estrategia española en aquel continente, donde se llevan a cabo proyectos de todo tipo entre los que, últimamente, destacan los relacionados con el cambio climático.

Militares participantes en una edición anterior, durante su estancia en O Grove.

Unas modernas instalaciones a 13.000 kilómetros de casa

Los militares de O Grove que en diciembre viajan al continente helado disponen allí de edificaciones como el “Módulo de Vida Comandante Ripollés”, de 120,25 metros cuadrados y diseñado para albergar hasta 28 personas.

Mapa que sitúa la base española en Isla Decepción respecto al continente americano.

También del “Módulo Científico”, un barracón con cinco estancias que alberga laboratorios y salas de trabajo, así como del “Módulo de Taller y Mantenimiento”, de 48,75 metros cuadrados y destinado a almacén de piezas de repuesto y a sede de reparaciones de todo tipo.

El paso de Drake

Hay que insistir en que la misión de los soldados que se entrenan en O Grove no será fácil. Como tampoco lo es llegar a la Isla Decepción, ya que requiere cruzar el siempre temido Mar de Hoces, conocido también como paso de Drake, entre el extremo más meridional de América del sur y la Antártida.

Aún así, en el Ejército destacan que, “aprovechando los espacios entre las borrascas que continuamente lo azotan, el buque de investigación oceanográfica ‘Hespérides’, operado por la Armada Española, lo cruzará repetidas veces en esta campaña, constituyendo la garantía de apoyo a las bases españolas”.

Dotada de unidad de hospitalización, otra de asistencia a pacientes críticos y una tercera preparada para el diagnóstico de laboratorio y electrocardiografía, la base española en Isla Decepción dispone del “Módulo de Sanidad Capitán Ramón y Cajal”, que cuenta con área de reanimación, atención primaria y curas, un espacio de diagnóstico con laboratorio y telemedicina, otro de hospitalización y aislamiento y un almacén con material de rescate.

Los soldados de la Campaña Antártica ya se adiestran en San Vicente do Mar

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Se le suma el “Módulo Almacén de Transmisiones”, un contenedor de 15 metros cuadrados destinado a guardar el material de transmisiones. Situado muy cerca del “Módulo de Náutica”, con las mismas características y donde se almacena el material necesario para las salidas en zodiac, como las que estos días protagonizan los entrenamientos en O Grove, junto con los trajes de trabajo en aguas frías, chalecos salvavidas y demás.

Los “Módulos de Energía” son otra parte esencial de la Base Antártica Española, ya que en dos contenedores de 15 metros cuadrados cada uno se emplazan los dos grupos electrógenos que la abastecen de energía.

La preparación en O Grove de la Campaña Antártica del Ejército de TierraFaro de Vigo

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No menos importante resulta el almacén construido en la campaña 2016-2017, con 140 metros cuadrados de planta, una altura interior de 4,5 metros y una estructura de aluminio.

Es ahí donde se han instalado cámaras congeladoras y frigoríficas con las que garantizar la cadena de frío de los alimentos.

A mayores, el Ejército de Tierra destaca la existencia de un nuevo “Módulo Taller”, construido durante la pasada campaña, “con una superficie útil total de 141,36 metros cuadrados” y que sustituye “al iglú que durante un largo periodo de tiempo se empleó para llevar a cabo investigaciones y que supone una parte de la historia de las campañas antárticas en la Gabriel de Castilla”.

Una vista aérea de la Base Antártica Española (BAE) Gabriel de Castilla, en Isla Decepción. | // EJÉRCITO DE TIERRA

Fue hogar de las grandes balleneras y del corsario inglés Sir Francis Drake

Situada a 13.000 kilómetros de España, Isla Decepción “es la parte superior del volcán más activo de la región de la Península Antártica, cuyas últimas erupciones tuvieron lugar en 1967, 1969 y 1970”, indican en el Ejército.

Antes de aclarar que “la erupción del 69 destruyó una base chilena y otra británica”.

Parece que aproximadamente el 60% de la isla está cubierto por glaciares y que “no solo es excepcional desde el punto de vista científico, por su actividad sísmica y volcánica, sino también por los procesos de colonización de flora, líquenes y musgos que han seguido a los depósitos variables de cenizas”.

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La preparación en O Grove de la Campaña Antártica del Ejército de TierraFdV

Por cierto, y pensando en aquellos lectores a los que puedan agradar este tipo de episodios, puede decirse que a Isla Decepción la rodea “una interesante historia que incluye la presencia del afamado corsario inglés Sir Francis Drake, balleneros y cazadores de focas”, siendo en 1888 el lugar elegido para la instalación de la compañía ballenera Magallanes, de capital chileno-noruego.

Factoría que operó hasta 1940 y que se estima que llegó a matar en una sola temporada 40.000 cetáceos.

Como dato significativo, el Ejército destaca que solo en 1931 salieron de la Antártida casi 60 millones de litros de aceite de ballena.

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