El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha confirmado la condena de cinco años y medio de cárcel impuesta por la Audiencia Provincial de Pontevedra a un octogenario, vecino de Vilanova de Arousa, por intentar matar a su vecino en diciembre de 2016. El condenado, según la sentencia de primera instancia, regresaba en coche a su domicilio cuando se encontró con la víctima, que estaba limpiando el camino frente a su casa, y con quien no mantenía buenas relaciones. Al ver a su vecino, salió del coche esgrimiendo un cuchillo de 13 centímetros y de dirigió hacia él. A continuación, según la resolución, se originó un forcejeo entre ambos, durante el cual el condenado, “con la intención de acabar con la vida de la víctima”, le clavó el cuchillo en el brazo izquierdo y en el abdomen.

La Sala de lo Civil y Penal del TSXG subraya que el fallo de la Audiencia de Pontevedra se apoya “en prueba válida, perfectamente razonada, por más que pudieran existir otras posibilidades amparadas exclusivamente en el testimonio del acusado”. Además, recalca que es “incuestionable que no se ha vulnerado el principio de presunción de inocencia”. El tribunal de primera instancia destacó en la resolución que no albergaba “ninguna duda” de que la causa “principal directa y eficaz” de las lesiones del perjudicado fue la agresión con el cuchillo, así como de que las heridas se encontraban “en áreas anatómicas donde se localizan órganos vitales como es el hígado y que, sin el tratamiento quirúrgico inmediato aplicado, se podría haber producido la muerte, conforme ratificaron los médicos forenses y el especialista de cirugía digestiva en el acto del juicio oral”.

El juicio en cuestión se celebró el pasado mes de marzo y, durante las declaraciones de implicados y testigos salió a relucir la mala relación que mantenían ambos vecinos desde hacía años. De hecho, existían denuncias cruzadas anteriores, aunque esta es la más grave, ya que la víctima acabaría con una herida de arma blanca que le afectó a una arteria y le laceró el hígado, estando muy cerca de acabar con su vida.

Ambos proporcionaron al tribunal dos versiones contradictorias de lo ocurrido. El acusado, Joaquín R. B., aseguró que ambos tenían problemas por el uso del camino de acceso a la vivienda del procesado. Afirma que una tarde de diciembre, ya de noche, entraba con su vehículo hacia su vivienda y sintió golpes en el capó del vehículo y en las ventanillas. Aseguró que entonces cogió un cuchillo que tenía en el coche “para recoger repollos” y salió y que “él ya vino a por mí, no fui yo a por él, y se clavó el cuchillo”.

Por su parte, la víctima da una versión totalmente contraria: Asegura que estaba limpiando su propiedad con una escoba y una manguera y que el acusado llegó con su coche a toda velocidad, frenó y que “vino hacia mí como un loco” con un cuchillo en la mano y recriminándole que le hubiera denunciado. Afirma que le intentó dar una primera cuchillada que le hizo una herida en el brazo y que después le dio una segunda que primero “le pinchó” y después le introdujo el filo del cuchillo “en la tripa”.

Las forenses declararon en el juicio que sería “muy complicado” que la lesión o cuchillada que recibió la víctima se pudiera haber producido de forma accidental. Además de los cinco años, el hombre fue condenado a abonar una indemnización a la víctima.