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Un vilagarciano de 83 años hace hasta 200 kilómetros al día en bicicleta

Avelino Barreiro recibió un homenaje de la Vuelta a España por su pasión hacia el deporte

Avelino Barreiro Barreiro, esta semana en Vilagarcía. INAKI ABELLA DIEGUEZ

Avelino Barreiro Barreiro (Carril, 1939) habría dado una vuelta al mundo si sumase todos los kilómetros que hizo en bicicleta entre el año pasado y este. Con 83 años, realiza recorridos de hasta 200 kilómetros diarios, que registra en Strava, una de las aplicaciones con GPS más populares entre los deportistas. Sus cifras serían meritorias para cualquier ciclista joven medio, pero adquieren una dimensión mucho mayor en un hombre de 83 años. Por ello, la Vuelta a España le rindió un homenaje la pasada semana, en una bonita etapa por la montaña asturiana.

“En vez de estar encerrado en casa, salgo en bicicleta. Es bueno para el cuerpo, y ejercito la mente”, afirma Barreiro, a quien un amigo puso hace tiempo el sobrenombre de “Tigre de Carril”.

Hoy, Barreiro difícilmente podría concebir su vida sin la compañía de su bicicleta, una Focus alemana de carbono y cambios electrónicos que apenas pesa ocho kilos, pero en realidad llegó muy tarde al ciclismo. Siendo joven, jugó al fútbol y nadó, pero siempre como un mero pasatiempo. Su trayectoria profesional tampoco tiene relación alguna con el deporte. Fue tripulante en barcos mercantes y de pasajeros, con el que cubrió la línea entre Barcelona y las Islas Baleares y Canarias, estuvo cinco años emigrado en Alemania y trabajó en una fábrica conservera.

Este año lleva 14.100 kilómetros, y se ha propuesto el reto de llegar a los 20.000 antes de que termine 2022

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Su vida dio un vuelco a los 52 años, cuando perdió a su esposa. En ese momento, empezó a salir con la bicicleta con más frecuencia. Se juntó con otros aficionados del Club Ciclista Xiabre, y pronto notó que el ciclismo le ayudaba a sobrellevar su nueva situación vital. Ya nunca lo dejó.

20.000 kilómetros al año

En 2021, hizo un total de 25.000 kilómetros en bicicleta. En este lleva 14.100, y se ha fijado el objetivo de llegar a los 20.000 antes de que finalice 2022.

Ha hecho etapas de más de 200 kilómetros en un solo día, aunque por lo general sus recorridos medios se sitúan entre los 100 y los 150. Esos días, sale temprano de casa, tras un desayuno generoso. Toma leche entera con una pastilla de chocolate casi puro y copos de avena, un plátano y un yogur rico en proteínas. Mete en una bolsa el almuerzo, con pan integral sin sal y sale a la carretera. Habitualmente, no tiene un plan predeterminado. “Un día fui hasta Sanxenxo, y cuando estaba allí tomé la decisión de ir hasta Marín. Al llegar a Marín, me dije de ir hasta Bueu...”, cuenta.

El pasado miércoles subió hasta Padrón, y después dio la vuelta por Valga, Cuntis, Moraña, Campo Lameiro y Verducido, para regresar finalmente a Vilagarcía por Mosteiro, Ponte Arnelas y Cambados. Fue una etapa de 118 kilómetros y 1.400 metros de desnivel positivo (solo subida), que según Strava completó en ocho horas y media, y una velocidad media de 13,9 kilómetros por hora. “Voy despacio y me lo tomo con calma porque no quiero forzar el corazón. Yo solo compito conmigo mismo”, explica.

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Le gusta mucho ir hasta Sanxenxo y O Grove. Cuando hace esta ruta, da la vuelta completa a la península meca, entrando por A Toxa y saliendo por San Vicente, o a la inversa. Otros años también cruzaba con frecuencia el puente interprovincial de Catoira y daba una vuelta por Barbanza. También le gusta acercarse hasta Santiago. Actualmente, no hace mucha montaña, porque no quiere forzar el cuerpo en exceso, pero hasta no hace mucho era habitual verle en Xiabre. “En 2018 subí veinte veces a Meda”.

Avelino Barreiro es consciente de que su ejemplo no es extrapolable a todas las personas de su edad. Después de tres décadas haciendo ejercicio de manera habitual, su cuerpo ya está habituado a ciertos esfuerzos, y de hecho él asegura que, “me encuentro bien”, pero también entiende que sus proezas en la bicicleta no están al alcance de cualquiera.

“A una persona de edad, lo que yo le recomendaría es que salga de casa y que camine”. En su opinión, eso es lo esencial. Vencer la pereza y la soledad, no dejarse seducir por la comodidad del sofá.

Peligros en la carretera

Avelino Barreiro asume que circular en bicicleta por la carretera entraña riesgos. Afirma que en la actualidad los conductores respetan más a los ciclistas que hace unas décadas, pero sostiene que todavía quedan muchos desaprensivos. “Aún hay muchos conductores que pasan a toda velocidad justo por mi lado”.

Él mismo procura adoptar algunas medidas. Por ejemplo, cuando percibe que se le aproxima un camión, si la carretera es estrecha o hay mucho tráfico en sentido contrario, él se detiene un momento para que el camionero pueda pasar con seguridad. “Él está trabajando, y yo no”. Cuando nota que un conductor no se atreve a rebasarlo por falta de visibilidad, le hace unas señas para que pase en cuanto él ve que puede realizar la maniobra sin problemas.

Pero en la seguridad de los ciclistas no solo influye la actitud de los demás usuarios de las vías, sino también el estado de las propias carreteras. A modo de ejemplo, Barreiro se queja del estado de un tramo de Juan Carlos I, en pleno centro de Vilagarcía, y del comprendido entre la curva de A Rosa y la rotonda de Carril, cuyo asfalto en los laterales está tan deteriorado, “que los ciclistas con bicicleta de carretera tenemos que ir por el centro”, para desesperación de los conductores que van tras ellos. Sí aplaude la apuesta de las ciclovías de Vilagarcía, pero matiza que hay que hacerles un mantenimiento y una limpieza más habituales.

Solicita una limpieza periódica de los arcenes

Avelino Barreiro circula siempre que puede por los arcenes. De este modo, se siente más seguro, pues los vehículos a motor disponen de espacio suficiente para continuar la marcha. Pero hay ocasiones en que los márgenes de las carreteras son intransitables, y a menudo la culpa es de vertidos de gravilla que se caen de los camiones. El vilagarciano insta a las administraciones propietarias de cada carretera a realizar una limpieza más frecuente de estas zonas. Anteayer viernes, por ejemplo, observó un largo depósito de guijarros en la carretera comarcal PO-548 (Pontecesures-Vilagarcía), a la altura de Bamio, que le obligaron a meterse con la bicicleta en la calzada. Barreiro también lamenta el estado de los márgenes en la PO-531 (Vilagarcía-Pontevedra). En su opinión, podría ser un vial relativamente cómodo y seguro, pero una vez más se queja de la existencia de tramos donde hay gravilla que permanece semanas enteras sin limpiar. Estas piedras suponen un peligro evidente para los ciclistas, sobre todo para quienes manejan bicicletas ligeras.



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