Un total de 1.540 niños de entre 8 y 13 años, de los que 210 son menores en riesgo de exclusión social, tienen la oportunidad de disfrutar del verano de un modo totalmente diferente, en un marco incomparable que les permite el contacto directo con la naturaleza y la organización de todo tipo de actividades en la emblemática playa grovense de A Lanzada y su entorno.
Son las vacaciones soñadas, esas que todo niño puede desear y que todos los jóvenes pontevedreses tienen a su alcance, excepto en años de pandemia.
Normalmente incluso son muchos más, como lo serán el verano que viene, pero esta vez la transición necesaria tras el COVID hizo aconsejable limitar el número a esos 1.540 jóvenes, repartidos en once turnos semanales –a razón de 140 en cada uno– organizados desde finales de junio hasta principio de septiembre.
Es Depo Aventura, el tradicional campamento estival que se lleva a cabo en el complejo vacacional de A Lanzada, donde los niños se alojan en tiendas y está al cuidado de monitores.
“Es un campamento diferente en el que los niños pueden aprender conviviendo y disfrutando en un entorno privilegiado que les permite aprender de forma amena”, explicó hace días la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, durante una visita a las instalaciones, similar a la que hoy efectuará la diputada provincial Noemí Outeda.
Estará acompañada del director del campamento, Carlos Antonio Gayoso, convencido de que Depo Aventura “es una de las actividades más hermosas que desarrolla la Diputación”, dado su carácter “inclusivo” e “integrador”.