Dado que se esperaba una multitud en el Desembarco Vikingo, el Concello de Catoira, que no tiene Policía Local, contrató una empresa de seguridad privada.
Se sumó al espectacular despliegue de medios realizado por mar y tierra a instancias de Guardia Civil y Protección Civil. También destaca el papel del 061, con una ambulancia y personal médico en el recinto de las Torres durante toda la jornada de ayer.
Hay que hablar de algunas personas con cortes o magulladuras, a causa de caídas, otras desorientadas o perdidas y algunas con síntomas de embriaguez.
Los mayores problemas se vivieron de madrugada, es decir, tras el concierto del sábado.
Tuvo que intervenir la Guardia Civil después de que algunos colapsaran el centro catoirense y una persona que se desmayó en la vieja fábrica de Cedonosa fue evacuada.
Además, alguien se dedicó a destrozar retrovisores en varios coches.