El soleado fin de semana –a pesar de la niebla que hizo entrada en la ría el sábado por la tarde y se acentuó ayer por la mañana–, hizo que se registrara una importante afluencia de visitantes a las playas arousanas y en las que baña el Atlántico, provocando los atascos habituales en los principales destinos, como pueden ser Sanxeno, A Illa y O Grove.
Atascos que no solo se vivieron en las carreteras y vías de alta capacidad, sino que, en cierto modo, puede decirse que también se registró cierta saturación en el mar, especialmente en el entorno de algunas playas, calas e islas.
A Lanzada, Cabío, Punta Cabalo o Area da Secada son algunos de los lugares que estuvieron ciertamente concurridos, con infinidad de embarcaciones recreativas y motos de agua.
Una afluencia de embarcaciones similar a la que se registró ayer en el río Ulla, en este caso con motivo de la celebración del Desembarco Vikingo de Catoira.
Esta vez, en cualquier caso, la Guardia Civil del Mar controló la situación mejor que nunca y evitó que se repitieran las dantescas y peligrosas escenas vividas en ediciones anteriores, cuando alguna de esas naves de recreo invadían y deslucían por completo la escena protagonizada por los drakkar.
Los “atascos” o, al menos, las aglomeraciones, también se vivieron en senderos y calles peatonales, sobre todo en Cambados y Catoira, con especial incidencia en las pasarelas de piedra, madera y zahorra que conducen a la playa fluvial y las Torres de Oeste.