Hacer el Camiño de Santiago, aunque solo sea en un pequeño tramo del mismo, es una experiencia para disfrutar y recordar en la que están llamados a formar parte absolutamente todos los ciudadanos, sin excepción.
No hay barreras ante una experiencia así, como bien saben los niños de Valga y los usuarios del Centro Ocupacional para Personas con Discapacidades (CODI).
A pesar de las dificultades con las que pueden encontrarse en los desplazamientos, dada la corta edad de algunos de los participantes, no han dejado pasar la oportunidad de vivir el momento y empaparse de sentimientos y emociones, mezclándose con los peregrinos que en esta época del año atraviesan Valga, procedentes de los más variopintos lugares del mundo.
Y no solo vivieron la experiencia con intensidad, sino que la aprovecharon para dejar patente su algo grado de concienciación y solidaridad, recogiendo los residuos que se encontraron a su paso, tal y como hace unos meses hicieron los alumnos del Colegio Rural Agrupado (CRA) de la localidad valguesa.
Esta vez los niños protagonistas fueron los asistentes a la Escola de Verán valguesa; medio centenar de críos que iniciaron su peregrinación en la zona de O Pino para atravesar Monte Albor y llegar a San Miguel.
Hicieron un alto en el camino, en el área de descanso de Chenlo, para merendar y reponer fuerzas antes de afrontar los últimos metros de su recorrido.
Los usuarios del CODI, por su parte, salieron al Camiño de Santiago desde Casal de Eirigo. Lo hicieron acompañados por los voluntarios del programa “XacobeAndo”, que “durante el verano realizan en Valga acciones de promoción y cuidado del Camiño Portugués”, resaltan en el Concello.