En la primera media hora vendimos 500 raciones de callos y ahora llevamos ya 780 servidas para llevar para casa y comerlas en familia”, explica uno de los miembros de la organización de la fiesta que corrobora la impresión de la alcaldesa de Meis Marta Giráldez: “Hay menos público en las carpas que antes pero aumentó muchísimo el número de personas que han venido con sus fiambreras y ollas de casa para probar este plato”.

Las cocineras prepararon unas cinco mil raciones con “unos 600 kilos de garbanzos”, acompañados de carne de cerdo y ternera, chorizo, panceta y los condimentos que finalmente se mezclan en una preparación, cuyo principal secreto es que los llevan cocinando durante muchos años.

Para la fiesta se prepararon 5.000 raciones. | // IÑAKI ABELLA

La tradición surgió en la primera mitad del pasado siglo XX, cuando en Meis se celebraba una de las ferias agrícolas y de ganado más importantes de Galicia, con vendedores procedentes de las cuatro provincias, sabedores de las artes culinarias y hospitalidad de los lugareños.

Los callos, sin duda, el plato estrella, aunque no fue hasta los años noventa cuando se decidió organizar una fiesta gastronómica que acaba de llegar a su trigésima edición, sin contar los dos años de suspensión por la pandemia.

La alcaldesa Marta Giráldez se mostraba ayer ciertamente emocionada porque se haya podido reiniciar una cita gastronómica de enorme atractivo, como demuestra el hecho de que hay familias que repiten cada año en la carpa de degustación de los callos.

La charanga Alambique entretuvo a los asistentes. | // IÑAKI ABELLA

La fiesta se celebra siempre en torno a las fiestas de San Benito, una época de vacaciones en las que muchos vecinos aprovechan para estar con los suyos y a la vez disfrutar de las mejores fiestas de su pueblo, dándoles igual los inclementes 30 grados de temperatura bajo la carpa y que fuera necesario soplar sobre la cuchara para poder saborear el plato sin quemarse.

Y es que la oferta era muy tentadora, con un menú de 7 euros que además de una muy generosa ración de garbanzos incluía el pan, el vino o el agua, y como recuerdo, de regalo, el recipiente y la cunca para el tinto Barrantes.

Comida oficial

También se reservaron mesas para un mínimo de doce personas y se celebró una comida oficial a la que fueron invitados la presidenta de la Diputación Carmela Silva, los alcaldes Samuel Lago de Cambados, Carlos Viéitez de Meaño o el de Ribadumia David Castro, así como miembros de comunidades de montes de la localidad, y ediles del municipio meisino.

Una jornada, por tanto, inolvidable pues los comensales pudieron disfrutar también de un buen baile con la música de la charanga local “Alambique” y el grupo “Algo pasa con Mary”, de Vigo, que se alternaron durante toda la mañana en la plaza de España.

Buen pulpo para completar el menú

El pulpo está excelente pero este año hay muy poco y está muy caro. Es la conclusión de Juan Pazos, cocinero de uno de los puestos más reconocidos en las ferias y romerías de O Salnés, la Pulpería Aurora de O Carballiño. A mediodía estaba relativamente satisfecho con la jornada, consciente de que muchos de sus clientes “vendrán después de estar en la playa”, pues las elevadas temperaturas retrasan la llegada al campo de la feria. Pazos cree que el éxito de sus platos de pulpo “no está en la preparación sino en la calidad del producto, y nosotros nos abastecemos en las lonjas de Bueu y también en la ría de Arousa, lo que siempre es una garantía”. La ración se vendía a 12 euros en la feria.

Por la noche, el ambiente también estaba garantizado con la actuación de Budiño, cuyo concierto era una de las actuaciones estrella de la jornada.

Marta Giráldez admite que esta XXX edición ha sido realmente especial pues, como se recordará, comenzó este pasado viernes con el acto oficial de “toma de posesión” de la finca de Parga en la que se construirá el futuro centro de salud de Meis, y, sobre todo, con el homenaje a las primeras cocineras que han participado en las ediciones iniciales de la fiesta de los callos.

Su maestría ha quedado reflejada un año más en la localidad que abre las fiestas gastronómicas de la comarca, cuando ya se considera superada la crisis sanitaria. Seguro que los callos serán para muchos la infalible vacuna que recibirán este verano.

Gran participación en las dos rutas BTT con dos recorridos: uno de 46 y otro de 34 kilómetros

Cuatrocientos ciclistas de todas las edades se dieron cita a las nueve de la mañana en O Mosteiro para participar en las dos rutas BTT que organizó el Ayuntamiento de Meis con motivo de las fiestas de la localidad. La edil de Deportes María Sancho subraya que esta prueba se desarrolla más como un recorrido placentero a elección de 46 y 34 kilómetros de distancia, que cada uno de los deportistas realiza al ritmo que prefiera. “Hubo quien a las doce y media ya estaba de vuelta y otros que seguramente hasta las dos y media de la tarde no den las últimas pedaladas”, explica. Con todo acudieron deportistas de élite, como Lara Lois, la grovense que acaba de ganar el campeonato gallego de BTT, pero el grueso de los que se anotaron son aficionados, tanto hombres como mujeres, adultos y niños. La alcaldesa Marta Giráldez subraya que en el trayecto se organizaron dos avituallamientos, el primero en las inmediaciones del monasterio de Armenteira donde se les proporcionó agua, bebidas y barritas energéticas para continuar camino; mientras el segundo se planteó más como un modo de relax en la zona de Porta Pisón, donde se les sirvió la primera tapa de callos a los que decidieron disfrutar de un merecido descanso antes de acometer la última etapa. La marcha fue muy tranquila y solo se registró un pequeño accidente de un ciclista que sufrió una luxación tras una caida, por lo que fue asistido por una ambulancia. “Fue solo un susto, pòrque al principio pensamos en una fractura”, explica la edil meisina.