El colegio San Francisco disfrutó en la tarde de ayer de una de sus citas más características y singulares. La celebración de los Juegos Florales volvió a reunir en el salón de actos del centro a alumnos, profesores y familiares para compartir una gala que tiene en la poesía y la música su razón de ser.
La edición número 22 de esta cita tuvo en el aroma de excepcional nuevamente una de sus particularidades. Los alumnos de los distintos cursos de ESO fueron los encargados de participar para hacer gala de sus habilidades artísticas.
El recitado de poemas de creación propia fue uno de los argumentos para establecer la votación del jurado, pero también hubo los que se atrevieron a mostrar sus dotes musicales en medio de la ovación generalizada.
Ataviados con la oportuna gala para la ocasión, las diferentes actuaciones se fueron sucediendo durante los cerca de noventa minutos que duraron los Juegos Florales. Una tradición que también engloba, además de la expresión artística de la cita, el reconocimiento a los propios alumnos. En ello un papel importante es el que juega la llamada Corte de Honor, que es la que preside el acto.
En ese selecto grupo se incluyen los mejores expedientes académicos del colegio San Francisco en 4ª de la ESO, lo que se entiende como un homenaje a su esfuerzo en la que también es la despedida a una larga trayectoria como estudiantes en el propio centro.
En cuanto a la evaluación artística de todos aquellos que pasan por el escenario se encarga un jurado externo. Eso sí, todos ellos vinculados a la rama de la educación y la cultura en cualquiera de sus manifestaciones.
Una cuestión que está al margen de cualquier calificación es la experiencia de participar en una nueva edición de los Juegos Florales, convertidos en seña de identidad del colegio vilagarciano.
