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Los secretos de la gente guardados en un cajón

En la "mesa de los deseos" de un bar de Vilagarcía se "esconden" historias de amor y desamor, guerra y paz

Una mujer lee algunos de los mensajes guardados en uno de los cajones de la "mesa de los deseos". M. Méndez

Los bares son un punto de encuentro en el que experimentar todo tipo de encuentros, sensaciones y emociones. Como también pueden ejercer de hilo conductor mediante el que mostrar al prójimo deseos, frustraciones, decepciones, esperanzas...

Sobre todo si se hace por escrito, aprovechando las servilletas del propio bar, y éstas se depositan en una especie de cajón; ¡el cajón de los deseos!

Sucede, por ejemplo, en un bar de Vilagarcía donde se acumularon miles de mensajes desde hace una década.

Muchos fueron retirados, por falta de espacio para todos. Otros siguen allí, para que los lea quién quiera.

Casi todo el mundo conoce algún bar o restaurante cuyas paredes de piedra son adornadas por los clientes con monedas de todo tipo. Y hay otros en los que no solo mantienen esa tradición, sino que entre su mobiliario incorporan una mesa que no todos sus clientes conocen y se ha convertido en una especie de cofre secreto.

Los mensajes pueden leerse mientras se consume.

Los mensajes pueden leerse mientras se consume.

Es un tesoro escondido en lo que bien pueden presentarse como cajones de los deseos y/o de las frustraciones; un lugar para muchos mágico en el que es posible escribir lo que uno piense en cada momento, así como leer lo que otros escribieron, formando una gran cadena de emociones y pensamientos.

Es el Stocolmo 2.0, una cafetería vermutería del centro de Vilagarcía de Arousa que además de ser un espacio museístico, gracias a su llamativa decoración, dispone de una mesa cuyos cajones están repletos de todo tipo de reflexiones manuscritas por los clientes en las servilletas del propio establecimiento.

Algunos de los mensajes. M.M.

Son mensajes, en gallego, español e inglés. Unos pocos demasiado rebuscados o subidos de tono, y un par de ellos de lo más pragmático, como lo demuestra el hecho de que aparezca uno en el que se ofrece el contacto de alguien que vende berberechos.

Pero la inmensa mayoría son reflexiones, frases o mensajes sinceros, tiernos, directos, románticos, esperanzadores e incluso emotivos. Los hay que son declaraciones de amor y odio, de guerra y de paz, de esperanzas y frustraciones.

Ucrania y La Palma

Como los hay fechados hace más de un lustro que hablan de los cambios políticos en España y los altercados por la independencia vividos en Cataluña. Al igual que otros, más recientes, que condenan la invasión rusa en Ucrania.

No faltan los alusivos al volcán de La Palma, los mensajes navideños ni las referencias a diferentes atentados registrados en el mundo durante los últimos años.

La "mesa de los deseos", con los cajones abiertos. M.M.

Como también los hay que sirven para buscar pareja o presumen de haberla encontrado, los que escriben a su amor platónico o los que da por rota una relación.

De poesía, seducción y COVID

“La poesía es el espíritu de la rebelión y la palabra, la munición de la metralla”, escribió uno de los clientes. “Lo fácil aburre, lo complicado seduce, lo imposible enamora”, apostilló otro, firmando con un corazón y un “TK”.

Evidentemente, son varias las alusiones al COVID. “El bicho sigue entre nosotros, y lo que faltará para que se extermine”, se explica en uno de los mensajes.

El cual continúa: “Un volcán en La Palma muy activo y destrozando la vida de muchos (que pena)”.

Algunos mensajes son sorprendentes. M.M.

Puesto a enumerar calamidades, el mismo cliente continúa en la misma servilleta: “La factura de la luz nos toca en el bolsillo a todos (...). A pesar de todo, sigamos siendo felices, cada uno a su manera. Yo lo haré. Bicos”.

Igual de reflexiva y rebelde se antoja la opinión de alguien que escribió: “Claro que tengo que ordenar mis pensamientos, pero no pienso dar órdenes a mis ideas”.

Un aliciente para los clientes

Es “una forma de dar a la gente la oportunidad de expresarse, además de un aliciente para nuestros clientes desde hace muchos años”, explica “Pachi”, el propietario del Stocolmo 2.0 mientras alude a la existencia de escritos introducidos en los cajones de la “mágica” mesa hace casi una década.

“Vive la vida, no te lamentes por lo que no tienes y disfruta de lo que ya tienes; la vida pasa y no vuelve”, rubricó alguien en uno de ellos en junio de 2017.

Mensajes "escondidos" en los cajones del Stocolmo.

Aquel mismo año, en diciembre alguien parecía dirigirse a su pareja diciendo: “Por una vida juntos”. Para firmar también con un corazón y un “te quiero”.

Ya en 2020, alguien que firma con su dirección electrónica y un corazón parece referirse a su pareja diciendo: “Ojalá me quieras en otra vida como yo te he querido en esta y me hagas el amor en cada punto geográfico que hemos acordado”.

Historias de amor

“Solo espero que puedas ser mi novia”, espeta otro escribiente refiriéndose a una mujer y pidiendo a quienes lean su mensaje que le deseen suerte.

“Ojalá este deseo pueda cumplirse; le pido a Dios que lo pueda cumplir”, continuaba. Para terminar con una promesa: “Si se cumple invito a todo el bar a un café”.

Uno de los mensajes más reflexivos. M.M.

Parece que nunca más se supo de aquella promesa, por lo que quizás aquel mensaje fechado en verano de 2019 y firmado por nombre y apellidos por un tal Diego, haya caído en saco roto.

En resumen, que hay infinidad de escritos que cualquiera puede revisar si tiene la suerte de encontrar vacía la “mesa de los deseos” y tiene tiempo para abrir su cajones y sumergirse entre tantas servilletas manuscritas.

Un mensaje de 2015.

Una buena forma de pasar el rato y, para muchos, una vía de escape con la que superar las dificultades del día a día.

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