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Volver a disfrutar en compañía es posible

Una responsable aplicación de los protocolos permitió a 105 alumnos de Vilagarcía gozar de la nieve en Cerler

Una parte de la expedición en la estación pirenaica de Cerler. | // FDV

Los institutos Castro Alobre y Fermín Bouza Brey de Vilagarcía han demostrado que se puede impedir que el COVID frustre todas las ilusiones, experiencias y sensaciones propias de la adolescencia. Algunas voluntades todavía son posibles cuando la interpretación y aplicación de los protocolos actuales es la correcta. Esas premisas, con las ineludibles dosis de responsabilidad y buen hacer, han servido para que más de un centenar de alumnos disfrutaran de una semana blanca en la estación de montaña de Cerler.

La mascarilla fue también compañera de viaje. | // FDV

Como no podía ser de otra manera, una movilización así en medio de la situación sanitaria actual requirió de una planificación concienzuda y valorando todos los escenarios. Desde el pasado mes de octubre, y con una incidencia pandémica diferente, se fueron analizando posibles supuestos. Fue a raíz de la vuelta de Navidad cuando la subida de la incidencia obligó a reflexionar aún más si poder viajar.

La nieve ayudó a recuperar experiencias que parecían perdidas. | // FDV

El conocimiento de la dinámica de este tipo de excursiones, debido a los años de experiencia previos, y el exhaustivo análisis de los protocolos aumentaba el optimismo. El hecho de que no se tengan que confinar los contactos estrechos en caso de surgir un positivo durante el viaje se convirtió en la ventana abierta a la esperanza de poder disfrutar del placer de una excursión escolar.

La aparición de más de treinta casos positivos apenas una semana antes de una excursión similar de alumnos de O Grove a Panticosa añadió ciertas dudas. El riesgo era una realidad, pero minimizarlo a base de buen hacer era el único salvoconducto para enfrentarse a él con el premio de la felicidad compartida y también viral.

El riesgo era una realidad, pero minimizarlo a base de buen hacer era el único salvoconducto para enfrentarse a él con el premio de la felicidad compartida y también viral

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El profesorado, tras una valoración microscópica, explicó pormenorizadamente a alumnos y familias cualquier actuación a desarrollar ante cualquier eventualidad, así como el obligatorio protocolo de la Xunta. Nada podía quedar al azar antes de que los padres decidiesen de manera mayoritaria la viabilidad de la salida didáctica. Una aprobación familiar que fue rotunda y abrumadora. Más de un 80% de las familias del IES Castro Alobre decidieron no privarse de una semana en la nieve, mientras en el Bouza Brey hubo una votación positiva unánime con la única particularidad de tres abstenciones. Solo restaba el apoyo del Consejo Escolar y de Inspección Educativa para subirse al autobús y también se logró.

Más de un 80% de las familias del IES Castro Alobre decidieron no privarse de una semana en la nieve, mientras en el Bouza Brey hubo una votación positiva unánime con la única particularidad de tres abstenciones

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Por primera vez, Cerler se convirtió en el destino elegido en lugar de la tradicional Andorra. Una elección que también estaba relacionada en favor de la resolución de cualquier incidencia con un plus de seguridad a nivel asistencial.

Una cuestión que no pasó desapercibida los profesores fueron las ganas de disfrutar del esquí de los alumnos con una intensidad mayor que la de otros años. Como si fuese una reivindicación de la necesidad de recuperar el tiempo perdido y toda esa socialización y convivencia que el virus les arrebató en unas edades muy señaladas.

Hubo tiempo para instantáneas para la posteridad. FDV

Con todo ello, y como nadie es ajeno a la aparición del COVID esté donde esté, surgieron dos casos positivos entre los 105 alumnos, algo que también estaba contemplado en cualquier hoja de ruta previa. Por ello, la aplicación del protocolo no evitó que el resto del grupo siguiera adelante con sus actividades con las normas aplicadas de manera correcta convirtiéndose en un precedente positivo a la hora de volver a disfrutar en compañía.

Sin más síntomas que haberse divertido al máximo

Desde los propios departamentos de Educación Física de ambos institutos son bien conscientes de que hayan podido darse algunos casos asintomáticos, pero la única realidad tangible a día de hoy es que todos volvieron hace escasas horas en los autobuses con el único síntoma de haber disfrutado al máximo de la experiencia. Destacan desde el grupo de profesores que lo más importante del viaje han sido los aprendizajes, las caídas, las mil anécdotas y otras tantas risas, “pero sobre todo la gran satisfacción y felicidad de haber vuelto a hacer aquello que las pandemia nos había quitado”, apunta un profesor.

Uno de los deseos a partir de ahora compartido desde todos los ámbitos no es otro que esta excursión pueda convertirse en un punto de inflexión. Un precedente sobre el que asentar la recuperación y decisión a la hora de apostar por actividades que enriquecen la formación de los jóvenes. Una normalidad que ha estado prohibida de manera obligatoria y que ahora obliga a dar primeros pasos, como esta excursión, para demostrar que se puede convivir con el virus si se le respeta y no se le teme.

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