Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un momento de un golpeo en el campo de O Leixo. | // FDV

Una jornada de participación masiva en Meis demuestra el auge de la billarda en toda la comarca

Más de sesenta personas de todas las edades se reunieron en el campo de O Leixo en Armenteira

El campo de fútbol de O Leixo, en Armenteira, congregó el pasado fin de semana a más de 60 personas para participar en una jornada más de la Liga Atlántica de billarda. Una competición que arrancó el pasado año y que está provocando un auge de esta disciplina en toda la comarca de O Salnés.

Representación del Club Lúa de Forza de Sanxenxo en Armenteira. | // FDV

El Club Lúa de Forza de Sanxenxo se ha erigido en el primer club en constituirse como tal tras el reconocimiento de esta práctica como deporte en 2020. Antes de esa fecha, se consideraba un juego tradicional sin el rango necesario para conformar competiciones oficiales como es el caso de la Liga Atlántica.

La alcaldesa de Meis, Marta Giráldez, presidió la entrega de trofeos. | // FDV

Xan Rodiño García, miembro fundador de la entidad que aglutina a los aficionados a la billarda en toda la comarca, reconoce que “es un deporte que va contando cada vez con más interés por parte de mucha gente. En nuestro club cada vez viene más gente de lugares como Meaño, Ribadumia y O Grove para poder jugar. Se ve que es una afición que estaba latente y que ahora empieza a salir hacia arriba”.

En el campo de fútbol de O Leixo se reunieron el pasado fin de semana equipos de toda la provincia y también llegados desde A Coruña. Reconoce Xan Rodiño que “el terreno está en unas excelentes condiciones para jugar. La tierra está perfecta para poder clavar los palos y hay espacio suficiente para que sea una jornada fluida pese a contar con tantos participantes”.

El Club Lúa de Forza de Sanxenxo reúne a jugadores de concellos limítrofes

Una de las cuestiones que hacen darle más valor al escenario es la escasez de los mismos. La billarda solo dispone de dos campos exclusivos para su práctica, uno en Poio y otro en Sanxenxo. Su tradición apunta a un juego que se practicaba en caminos, si bien ya quedan pocos que reúnan las condiciones mínimas requeridas. Apunta Rodiño García al respecto que “ahora casi todos los lugares están asfaltados o con cemento. Antes se podía jugar prácticamente en cualquier lado con dos palos, pero ahora es más complicado”.

Otro de los atractivos añadidos a este deporte es el que se puede realizar en familia. Apunta a este respecto el representante del Club Lúa de Forza que “la billarda requiere de cierta fuerza, pero también de precisión. Se adapta a diferentes edades y cada jornada, al haber diferentes categorías, permite que puedan jugar grandes y pequeños y que las propias familias puedan practicar juntas”.

La billarda requiere de cierta fuerza, pero también de precisión

Xan Rodiño . Club Lúa de Forza

El desarrollo del juego es tan básico como sofisticado en cuanto a su técnica. Cada participante cuenta con un palo de madera a modo de bate que se llama palán y que tiene una longitud de aproximadamente 60 centímetros de largo. El otro palo es la billarda, de entre 18 y 25 centímetros de largo y que no puede exceder los 3 de diámetro y que con forma puntiaguda en sus dos extremos, se clava en el suelo.

Cada participante dispone de dos golpes para hacer llegar la billarda a la portería que lleva el nombre de varal y que se sitúa a unos 50 metros de distancia del punto de partida. Con un primer golpe el objetivo es conseguir suspender en el aire la billarda para, con un segundo golpe fuerte y preciso con el palán, tratar de aproximarse lo máximo posible al objetivo, pero sin excederse de unos límites que determinan la validez o no del golpeo.

Cada participante dispone de dos golpes para hacer llegar la billarda a la portería que lleva el nombre de varal y que se sitúa a unos 50 metros de distancia del punto de partida

Además, cada una de las llamadas carreras hacia el varal cuenta con un máximo de cuatro tentativas por jugador, estableciéndose la clasificación final en función del número de golpes utilizados para llegar a la portería. En la jornada disputada en Armenteira el ganador en categoría absoluta fue el propio Xan Rodiño.

La consideración como deporte en 2020 derivó en la creación de la Federación Gallega de Deportes Autóctonos

Después de muchos años de lucha en esta materia, la billarda fue catalogada como deporte en el año 2020. La insistencia de clubes y participantes generó un movimiento para la consideración de palanadores y palanadoras como deportistas. Una defensa que contaba a su favor con la necesidad de desarrollar habilidades físicas básicas para poder evolucionar en el juego.

Se trata de un deporte que también requiere de una buena estrategia para competir.

El siguiente paso para consolidar una tendencia evidente en cuanto a práctica de la modalidad fue la creación de la Federación Gallega de Deportes Autóctonos. Este colectivo, además de la billarda, también incluye entre sus objetivos la promoción y el desarrollo de otra disciplina tradicional como es la llave. La creación de la Liga Atlántica fue el primer paso sólido en cuanto a crecimiento de este deporte.

La tramitación de licencias se ha acelerado espectacularmente en los últimos meses y existe la intención de realizar charlas y clases prácticas en diferentes colegios para promover el conocimiento de una disciplina divertida y que aúna además los beneficios del deporte, tanto colectivo como individual. Reconoce Xan Rodiño que “nuestro objetivo es recuperar la billarda y consolidarla como un deporte del siglo XXI”. Un propósito que parece bien encaminado porque la provincia de Pontevedra es, junto a la Mariña lucense, los lugares de toda Galicia donde este deporte está siendo más practicado. El hecho de que participen personas con más de 70 años eleva aún más su alto componente de integración social.

Más de un 30% de las licencias son femeninas

Una cuestión que destaca ese carácter englobador de la billarda es que son muchas las mujeres que han decidido formalizar su licencia como jugadora de este deporte. Desde la creación de la Federación Gallega de deportes autóctonos han sido 234 las licencias tramitadas en toda Galicia, de las cuales más de un 30% de las mismas corresponden a mujeres.

Se trata de un deporte que no diferencia entre sexos a la hora de competir.

La presencia de palanadoras en las diferentes competiciones es moneda de cambio habitual, como así se pudo comprobar el pasado fin de semana en el prueba en Armenteira. Respecto a las edades, y al igual que en masculino, la mayoría son mujeres mayores de cuarenta años aunque también hay muchas niñas en liza.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.