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Desánimo en el sector marisquero al empezar el año con los mismos precios bajos de Navidad

Subasta de bivalvos en la lonja de Cambados

El desánimo se ha instalado en el sector del marisqueo de la ría de Arousa. En los prolegómenos de la Navidad, los precios de los bivalvos parecían anticipar una buena campaña, pero a medida que se aproximaban las fiestas, sucedió lo contrario a lo habitual: la cotización de las distintas variedades de almeja y del berberecho empezaron a caer. Ayer se celebraron las primeras subastas del año desde el parón de Nochevieja -los pósitos pararon de trabajar entre el 28 y el 29 de diciembre, debido a los horarios de la bajamar- y había mucha incertidumbre por lo que depararía el arranque del año. Concluidas las pujas, la sensación generalizada entre los mariscadores es de desánimo.

“La gente está muy disgustada porque nadie se esperaba esto”, resume el patrón mayor de O Grove, Antonio Otero. En este sentido, recuerda que las agrupaciones de marisqueo, “dejaron las mejores zonas para las Navidades, y ahora se han encontrado con que el marisco no tiene precio”.

En esta localidad, que tiene una de las principales lonjas de bivalvos de Galicia, la almeja fina de tamaño grande sí alcanzó un precio espectacular, de casi 63 euros el kilo. Pero únicamente había 15 kilogramos de esas características. También se vendieron 70 kilos de fina mediana, a un precio medio de 31,55 euros el kilo, pero la gran mayoría de la producción de la jornada (215 kilos) se subastó a una media de 24,20.

La fuerte subida de la inflación ha llevado a muchas familias a retraer el consumo

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Fue igualmente discreta la cotización de la almeja japónica. Más de 800 kilogramos de esta variedad se vendieron ayer por debajo de los 10 euros el kilo. Son cantidades que invitan poco al optimismo de los mariscadores grovenses, más teniendo en cuenta que ya hace tiempo que dejaron de extraer babosa y berberecho por culpa de los precios bajos que estaban teniendo.

En Cambados, la almeja japónica tuvo mejor precio, situándose en una media de 14 euros el kilo, pero la fina estuvo más barata de lo esperado para unas fechas tan señaladas como las actuales. Los lotes de mejor producto salieron a 39 euros el kilo, pero la partida mayor (de 65 kilos) se vendió por debajo de los 30 euros el kilo.

Así las cosas, la temporada de marisqueo empieza como terminó diciembre, con precios ligeramente mejores que en otros momentos del año, pero por debajo de lo esperado para la Navidad, y de las cotizaciones promedio de otras fiestas anteriores.

Esta situación es debida a una confluencia de factores. El secretario general de la Asociación Galega de Depuradores (Agade), Juan Carlos Maneiro sostiene que el sector ha sido víctima, “de una tormenta perfecta”.

“Hay varios factores que influyen estos precios”, declara Maneiro. El abrupto estallido de la sexta ola de COVID es uno de ellos, pues ha provocado una cascada de cancelaciones de comidas y cenas en la hostelería. Pero también ha influido, “que nos encontramos en un momento de gran incertidumbre económica”. Eso, unido a la galopante inflación, que ha hecho que los precios de la alimentación se hayan disparado en los últimos meses, ha provocado que, “las familias se retraigan a la hora de consumir”. Y eso se traduce fundamentalmente en productos considerados no esenciales, como pueden ser el marisco o las comidas de ocio fuera de casa.

La almeja japónica ha vuelto a cotizaciones propias de épocas pasadas, por debajo de los 10 euros el kilo

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Por si esto no fuese suficiente, Maneiro cita también la baja producción actual de las concesiones marisqueras gallegas, que ha empujado a los mercados centrales a abastecerse, “en otros destinos de las cantidades que preveían que iban a necesitar”.

Para finalizar, desde Agade se apela también a la anunciada huelga del transporte por carretera, que hizo que más de un distribuidor comprase marisco con antelación por temor a quedarse sin él en plenas fiestas. Cuando finalmente se desconvocó el paro, el 19 de diciembre, “el daño ya estaba hecho”, sostiene un empresario del sector, que considera que el Gobierno debió ser más ágil y llegar antes a un acuerdo con los transportistas.

En el sector están desilusionados, pues esperaban una Navidad mejor, más teniendo en cuenta que en 2020 la cotización de los bivalvos fue elevada a pesar de la difícil situación sanitaria, con cierres perimetrales y fuertes restricciones en la hostelería. Pero lo peor es que tampoco se adivina a corto plazo una situación mejor. Ni Antonio Otero ni Juan Carlos Maneiro se atreven a vaticinar cuándo volverán a subir los precios. Eso sí, el patrón mayor de O Grove no espera que las cotizaciones repunten ya en lo que queda de Navidad, “porque las fiestas más importantes ya pasaron”, hasta el extremo de que si la situación no mejora incluso se podrían cancelar días de extracción.

Hace un año se pagaba el doble por la japónica

La primera parte de la Navidad hizo saltar las alarmas en el sector. El 14 de diciembre, por ejemplo, la almeja fina que se vendió en la lonja de O Grove se pagó a una media de 30,66 euros el kilo, cinco euros menos por kilo que el mismo día del año anterior. También fueron más bajos los precios máximos y los mínimos. Sucedió lo mismo con la almeja japónica en Cambados el 28 de diciembre pasado, por tomar otra fecha aleatoria.

Ese día, la partida de almeja que se puso a la venta en la rula de Tragove salió toda a 13,25 euros el kilo. Sin embargo, el 28 de diciembre de 2020, esa misma especie se cotizó al doble, a una media de 26,81 euros el kilo. Tampoco se libra del descenso generalizado la babosa. En A Illa, el 22 de diciembre pasado los compradores se llevaron esta variedad por un promedio de 25,71 euros el kilo; pero un año antes, en la misma fecha, el precio medio de la almeja babosa era seis euros más alto, situándose por encima de los 31 euros el kilo.

Marcha pacífica de los bateeiros

Los armadores de barcos bateeiros que tienen sus embarcaciones atracadas en el pantalán de Vilanova encontraron ayer a la puerta del mismo una hoja en la que se convoca -de forma anónima- una marcha pacífica para este viernes, 7 de enero. La convocatoria es a las diez de la mañana en la plaza del Obradoiro (Santiago), de donde se saldrá a pie hacia la sede de la Xunta de Galicia, en San Caetano.

El autor de esta convocatoria indica que es una marcha en defensa del sector bateeiro, afectado por las restricciones a la recolección de mejilla. Al mismo tiempo, hay bateeiros que se quejan de que la Xunta restrinja la recolección de cría con la excusa de que hay que proteger el percebe, pero al mismo tiempo se incrementa el número de permisos de explotación para este recurso. En otro orden de asuntos, las primeras lampreas del río Ulla llegarán presumiblemente a los mercados mañana miércoles. Ayer se precintaron las nasas.

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