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Los arousanos abonan un 15% más en impuestos que en 2010 debido a la reactivación económica

Ciudadanos paseando por una céntrica calle comercial de Vilagarcía. | // NOÉ PARGA

Los algo menos de 110.000 habitantes que tiene la comarca de O Salnés abonaron en 2019 más de 625 millones de euros en impuestos correspondientes a los rendimientos del trabajo. Esta cifra supone un 15 por ciento más que la de 2010, y se debe a la reactivación económica que empezaba a vislumbrarse después de la crisis de 2008, y que se vio frenada por la pandemia.

El Instituto Galego de Estatística (IGE) publica un informe según el cual, a principios de la década pasada, la población de los nueve ayuntamientos de la comarca arousana sumaron una aportación a las arcas públicas de 531 millones de euros por rendimientos del trabajo. Esta cifra tocó fondo en 2013, cuando se redujo a 507 millones de euros, y a partir de entonces inició una tímida escalada.

En 2018, las retenciones del impuesto sobre la renta (IRPF) a los salarios de los arousanos y las cotizaciones a la Seguridad Social ya suponían 597 millones. Una cifra que todavía se incrementó más en 2019, hasta llegar a los 625.

Los datos tributarios indican que 2013 fue para los arousanos el peor año de la gran recesión iniciada en 2008

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Previsiblemente, el dato del año pasado será peor, puesto que la irrupción de la pandemia de COVID supuso para miles de personas la pérdida -temporal o definitiva- de sus empleos, por lo que los impuestos derivados de los rendimientos del trabajo también se verán afectados negativamente.

Por concellos

Los datos tributarios hechos públicos por el Instituto Galego de Estatística indican que el municipio con una mayor aportación al erario público es el de Vilagarcía. Sus vecinos contribuyeron en 2019 con unos 256 millones de euros, procedentes de las deducciones del IRPF practicadas en sus emolumentos mensuales. En 2010, esa cifra era de 220 millones, y tocó fondo en 2013, con solo 211, lo que demuestra que la recesión económica iniciada a nivel global en 2008 llegó con unos años de retraso a O Salnés, por lo que la recuperación también se hizo después de esperar.

El segundo municipio que más contribuye a las arcas públicas es el de Sanxenxo, con 105 millones pagados en concepto de impuestos por rendimientos del trabajo en 2019, frente a los 88 de principios de la pasada década. Cambados es el tercer municipio con mayor aportación (70 millones), una cifra igualmente superior a la de los años marcados por la crisis económica de 2008, que en la comarca arousana tuvo una doble cara: el pinchazo financiero y el de la burbuja inmobiliaria, que arrastró consigo al otrora pujante sector de la construcción.

La estadística del IGE señala que en el año anterior a la pandemia, los vecinos de O Grove sumaron 57 millones de euros en impuestos pagados por rendimientos del trabajo; y los de Vilanova, 46.

Los concellos estaban ingresando en 2019 las cifras más altas de la década en tasas e impuestos

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El estudio también refleja la disparidad de las realidades laborales de municipios de población similar (en torno a los 5.000 habitantes), pero en los que hay grandes diferencias en cuanto a número de asalariados y trabajadores por cuenta propia.

Así, los ribadumienses pagaron hace dos ejercicios casi 26 millones y medio de euros procedentes de las deducciones y retenciones de sus salarios, frente a los algo menos de 24 millones de los empadronados en Meis, los 22 de los de Meaño y los 18 de los residentes en A Illa.

Se da por hecho que estas cifras serán menores en 2020, pero está por ver si durante el año actual se recuperan los importes de 2019.

Ingresos de los concellos

Otro de los apartados del trabajo sobre tributos que ha publicado estos días el instituto autonómico de estadística hace mención a los ingresos municipales por impuestos. En este caso, se tomaron como referencia tres ejercicios (de 2017 a 2019) y como en el caso anterior, las cifras apuntan a una tibia recuperación económica. El Ayuntamiento de Vilagarcía, por ejemplo, cerró 2019 con 11 millones de euros ingresados en concepto de impuestos directos, 408.000 euros por indirectos, y 6,1 millones de euros ingresados por tasas. Son en todos los casos las mejores cifras del trienio.

Pero también se verán afectadas muy probablemente por la pandemia, al menos en el apartado relativo a las tasas. Sin ir más lejos, varios concellos han condonado parcialmente algunas de las tasas que abonaban los negocios de hostelería, como las de terrazas o recogida de la basura.

La renta media de los vilagarcianos supera los 21.000 euros

La renta bruta media anual por habitante en los concellos de O Salnés y Ullán estaba aumentando hasta la irrupción de la pandemia en torno a un 7 por ciento con respecto a los últimos años de la recesión, según los datos publicados en su momento por el Ministerio de Hacienda, y elaborados a partir de las declaraciones del impuesto sobre la renta (IRPF).

Así, en los ejercicios anteriores a la crisis sanitaria -y económica- provocada por el virus SARS-CoV-2, Vilagarcía era el concello con mayor renta bruta media, al aproximarse a los 21.200 euros. Le seguían Pontecesures, con unos 20.000 euros, y Sanxenxo, con entre 19.800 y 20.000. En lo que se refiere a los municipios con menos ingresos, según la declaración del IRPF, A Illa es el que presenta la cifra más baja de O Salnés y Ullán, con unos 14.600 euros por contribuyente a mediados de la década pasada.

Hay que tener en cuenta en este caso que en esta localidad hay un gran número de trabajadores por cuenta propia vinculados a la pesca y el marisqueo. El diagnóstico es similar en Meaño, con una renta de unos 16.000 euros, y donde la agricultura tiene un enorme peso socioeconómico. Así, los mejores datos relativos a renta en O Salnés se dan en los municipios más urbanos, como Vilagarcía o Sanxenxo. En todo caso, se encuentran muy lejos de las cifras de las grandes ciudades, e incluso de las de las poblaciones “dormitorio” de A Coruña, como Arteixo, Oleiros y Culleredo, o de los grandes polos industriales, como O Porriño.

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