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Marcos Vázquez, ayer, con dos telescopios, y un "handpan"Noé Parga

El anillo de Saturno visto desde A Compostela

A Marcos Vázquez Portillo, la pandemia de coronavirus le cerró una puerta, pero le abrió una ventana. Perdió su trabajo de músico, pero a cambio le dio tiempo para ahondar en otra de sus pasiones, la astronomía. Este almeriense criado en O Grove, y afincado en Vilagarcía desde hace una década forma parte de un heterogéneo grupo de arousanos que antes del COVID quedaban dos o tres noches al año para observar el firmamento. El virus se llevó por delante esta costumbre, pero no mermó ni un ápice las ganas de Marcos Vázquez de compartir su afición con otras personas, de ahí que se haya ofrecido a realizar talleres escolares de astronomía. El Club de Ciencia del colegio Anexo A Lomba, de Vilagarcía, ha sido el primero que se ha animado con la actividad. Y el éxito de la iniciativa no pudo ser más rotundo.

El pasado viernes por la noche más de un centenar de personas se dieron cita entre las siete y las nueve de la noche en las proximidades del viejo balneario de la playa de A Compostela. Había un grupo grande de emocionados alumnos del Anexo A Lomba, acompañados de sus profesoras. Tras los niños, fueron muchos los adultos que se animaron a contemplar unos minutos los astros a través de la lente del telescopio de Marcos Vázquez. “Quedé contento, fue muy satisfactorio. De ahí saldrán muchísimos aficionados, segurísimo”.

Un grupo de niños asistentes a la "quedada" de astronomía en la playa de A Compostela

La noche era la ideal. Hacía algo de frío, pero el cielo estaba limpio. Hubo un momento en el que una nube ocultó por completo la parte del firmamento que estaban observando, pero Marcos Vázquez pidió a los pequeños que soplasen para apartarla y, en efecto, a los pocos minutos, el cielo quedó de nuevo despejado. La calidad y la nitidez de las fotografías que consiguieron hacer los niños con los teléfonos móviles que les habían prestado sus padres lo avalaban.

“Vimos cuatro satélites de Júpiter, el anillo de Saturno, la fase de Venus, los cráteres de la Luna”, explica el guía. Algunos niños jamás habían tenido la oportunidad de observar los astros a través de un telescopio. También fue la primera vez que pudieron compartir un rato con tantos compañeros de clase en plena noche y al aire libre. Las luces de las linternas de los móviles, moviéndose por la playa como luciérnagas, revelaban lo mucho que estaban disfrutando.

El taller que propone Marcos Vázquez a los colegios se puede completar con una charla sobre como hacer un reloj solar y un planisferio. Tal vez los más inquietos también puedan solicitar una clase de “handpan”, un instrumento de percusión nacido en Suiza en 2000, y del que Vázquez también da clase. “Yo los llamo tambores del espacio”. La razón no puede ser más poética. “Parecen ovnis”.

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