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Las muchas vidas de una concha de mejillón: cicatrizante, fertilizante y base de arrecifes

La inauguración se produjo a las diez de la mañana, con cuatro horas de charlas por delante. Iñaki Abella

El mejillón es el nuevo cerdo: todo se aprovecha. No quedan dudas de que esto es así para cualquiera que haya atendido a las jornadas que la Organización de Productores de Mejillón de Galicia (Opmega) ha organizado en Vilagarcía durante la mañana de ayer. Ponentes de todos los sectores han tomado la palabra para enunciar las muchas vidas que puede tener el mejillón, que se ha vestido de “superproducto” por las infinitas posibilidades mercantiles que tiene a día de hoy para quienes lo cultivan.

Según cálculos de la Dirección Xeral de Pesca de Galicia, se producen en las costas de la región unas 250.000 toneladas de este molusco cada año, por lo que el impacto sobre la economía de Galicia es superlativo. La industria indirecta tiene mucho peso, ya no solo los productores a pie de mar, pues son muchas las depuradoras, cocederos e industrias de transformación que se ocupan del mejillón en Galicia.

Todo ello se articula dentro de la parte alimentaria, pero a través de Fernando Otero, Carlos Vales, Carolina Martínez, Bárbara Álvarez y Lourdes Mourelle, expertos cada uno en una parte de esta extensa materia, quedó patente que del mejillón “se aprovecha hasta la cáscara”. Salieron a la palestra sus usos dentro de la construcción, como su empleo en hormigones; la fertilización, como dispensador de nutrientes y calcio para los cultivos; la medicina, como sus facultades cicatrizantes y hasta una enumeración y explicación de la maquinaria necesaria para procesarla.

Opmega confirma la incorporación de 50 bateas a la organización

La Organización de Productores de Mejillón de Galicia aprovechó la convención para anunciar que añade a sus 700 bateas asociadas otras 50 de nuevos productores que se han dado de alta en la organización. Con actuaciones como esta, Opmega deja ver el “importante proyecto de expansión” que está llevando a cabo. Este plan de expansión es algo que han valorado “muy positivamente” los nuevos afiliados a Opmega, según ha hecho saber su directiva.

La organización se congratula de su trabajo hasta la fecha, que les ha servido, según dicen, para lograr mejorar “la estabilidad en las ventas, la garantía en los cobros con periodos de pago más cortos y el acceso a condiciones financieras muy favorables gracias a los acuerdos de Opmega con entidades financieras y de seguro de crédito”. Aluden a que ellos son los interlocutores de los empresarios del mejillón más directos con las distintas administraciones, lo que les genera un impacto “tanto a nivel autonómico, como a nivel nacional y también europeo”.

Sin dejar de innovar

Opmega apuesta desde los últimos tiempos por un plan estratégico que incorpore como uno de sus pivotes más importantes los nuevos proyectos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). Según sus responsables, estas propuestas están encaminadas “al abastecimiento de semilla, al cultivo-producción y a la posterior comercialización, implementando y desarrollando nuevas técnicas en toda la cadena hasta llegar al consumidor final”.

Partiendo de esta base, Opmega puede garantizar “que todo el proceso productivo sea rentable, sostenible y respetuoso con el medio ambiente y, también, perdurable en el tiempo”. Con actuaciones como estas, “que tienen como objetivo modernizar y asegurar el futuro de la actividad de la que dependen tantas familias productoras”, la dirección confía en “seguir aumentando las altas de nuevos productores en el futuro”.

Asistieron al evento expertos y empresarios del sector. Iñaki Abella

El mejillón, estrella de rock

Está en todos lados y estará en muchos más. Roi Collazo, estudiante del máster de Medio Ambiente y Sostenibilidad en la Universidad de Londres, se ha encargado de dejarlo claro durante su turno de palabra, el último antes de que la directora xeral de Pesca Mercedes Rodríguez y el presidente de Opmega Ricardo Herbón clausurasen la jornada.

“Los usos de la cáscara del mejillón, aplicados en concreto, se han revelado como una alternativa a muchos materiales en los últimos años”, afirmó Collazo antes de enumerar toda una serie de aplicaciones que en la cabeza de muy pocos estarían presentes antes de escuchar la ponencia. Desde “camas para ganado”, hasta “pienso para aves”, pasando por elementos prefabricados, “como fregaderos para casas o arrecifes artificiales, que pueblan las rías gallegas con el fin de aumentar su biodiversidad y, con ella, los ingresos de los pescadores de la zona, al aumentar la fauna que pueden pescar”. Se abre la veda, con iniciativas como esta de los arrecifes, para que la economía circular tome el control: un producto del mar dona su cáscara para que otros animales (vistos como mercancía) pueblen los mares gallegos e incentiven la actividad económica en tierra, no solo la de aquellos que viven directamente de la pesca.

Aunque por el momento este tipo de aplicaciones del mejillón “quizás no resulten del todo rentables”, Roi Collazo aseguró, no sin antes subrayar que él no es un experto, que a la larga la industria adaptará la capota de los moluscos “también para fines de edificación y construcción”, no solo para metas agrícolas y ganaderas, “algo que hoy ya está bastante extendido, aunque en el futuro creo que todavía lo estará más”.

Se aproximan fondos europeos para el sector

Con el fin de potenciar y dar salida a nuevos productos fruto de la industria mejillonera, la directora xeral de Pesca de Galicia, Mercedes Rodríguez, ha hecho hincapié durante la clausura del certamen en que han sido solicitados “fondos Next Generation”, provenientes de la Unión Europea, para revitalizar este sector y encontrar para él nuevas vías de negocio. Se hará en lo relacionado con la pesca sostenible, “la pesca del futuro” que poblará los puertos gallegos.

Estos fondos, centrados en la revitalización económica de la empresas y Estados europeos para superar la crisis post-pandémica, serán empleados “en innovación y nuevas oportunidades empresariales para el mejillón”. Uno de esos nuevos futuros posibles se traza a través de la cáscara del molusco, “que, tras su explotación alimentaria, queda en un segundo plano”. Rodríguez ha puesto sobre la mesa la importancia para O Salnés de aprovechar estos “productos alternativos” del mejillón, protagonistas en la charla que tuvo lugar ayer en Vilagarcía. “Nuestra apuesta por la economía circular, en la que todo se aprovecha, hará de la cáscara un producto rentable”, concluyó.

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