Como sucedió en otras localidades gallegas, Vilagarcía acogió ayer la protesta convocada por la central sindical CIG contra la “estafa de la luz”, por la “recuperación de las centrales hidroeléctricas como bien público” y en pro de una “tarifa eléctrica gallega”.
Doscientas personas secundaron la concentración llevada a cabo en la plaza de Galicia, donde los representantes de la CIG volvieron a citar a los arousanos para el día 3, pero esta vez animándolos a portar y quemar las facturas de la luz.
Es un modo de exigir soluciones urgentes ante la escalada del precio de la misma, pero también una forma de reclamar que se reconozca la energía como “derecho fundamental”.
Los manifestantes se situaron tras dos pancartas que decían lo siguiente: “Non á estafa da luz! Tarifa eléctrica galega” y “O espolio da nosa enerxía sáenos moi caro. A suba da luz é unha estafa”.
Además de leerse el manifiesto correspondiente se corearon consignas de todo tipo, como las que decían “Energía gallega, ganancia madrileña”; “No falta dinero, sobran ladrones”; “Manos arriba, esto es un atraco”; “No puede ser, las eléctricas estafando y la luz sube otra vez”; y “Soberanía para nuestra energía”.
CIG aprovechó la protesta para dejar constancia de que “mientras las eléctricas declaran ganancias, Galicia sigue teniendo las pensiones más bajas del Estado y los salarios por debajo de la media, al tiempo que vemos como cada día cierran empresas y mientras soportamos el recibo de la luz más caro de toda España”.
Frente a esto, “los gallegos tenemos derecho a beneficiarnos de la energía que produce nuestro país para mejorar nuestras condiciones de vida”, proclamaron los sindicalistas.
No sin antes resaltar que “la energía es un recurso público que debe gestionarse en base a las necesidades de nuestro pueblo”.