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Vilanova detecta mortandad en el marisco pese al zafarrancho para eliminar las algas

Los tractores fueron imprescindibles para la limpieza de los bancos marisqueros. Iñaki Abella

Primero fue Carril la que alertó del problema, viendo como parte de su marisco sucumbía a un gran manto verde que cubría sus playas. Ahora es Vilanova la que teme por sus bancos marisqueros y que calcula que ha podido perder hasta el 25% de la producción en alguno de ellos, como es el caso de O Castelete. Enfrascadas en la lucha contra el espeso manto verde que cubre sus playas, las mariscadoras de Vilanova regresaban a ellas en la tarde-noche de ayer para retirar la mayor cantidad de algas que pudiesen y evitar así que acabasen pudriéndose y dañando todo el trabajo que han estado realizando para convertir esas zonas en productivas. Esa imagen se repetirá hasta el próximo sábado, o incluso, más allá si es necesario.

La presidenta de las mariscadoras, Carmen Martínez, se mostraba ayer desolada con la situación que están viviendo en puntos como O Castelete y A Amorosa, en As Sinas, dos de las áreas donde es más intensa la invasión de algas, “dos zonas muy productivas donde calculamos que se ha podido perder el 25% del marisco que había en ellas, especialmente almeja babosa y berberecho, dos especies fundamentales para nosotras”. Acostumbradas a que las algas son una de sus principales amenazas, las mariscadoras han estado pendientes de su llegada, pero ha sido en unas cantidades a las que no hemos podido hacer frente, no damos abasto en el trabajo de limpieza”.

Las mariscadoras apuran los trabajos de retirada de algas en Vilanova. Iñaki Abella

Los trabajos se están centrado en esas dos playas, pero el problema no es exclusivo de ellas, sino que también afecta a Con Grande, Ariño y O Bote entre otros puntos a los que todavía no les ha sido posible llegar con esas tareas, lo que puede convertirse en un verdadero problema para la producción. “Nos hemos organizado para que un grupo de mujeres limpie mientras las otras recogen los topes de marisco para sus compañeras y vamos a tener que continuar así durante un tiempo ante la situación que estamos viviendo”, explica.

El gran manto verde cubrió las playas de Vilanova el pasado fin de semana, obligando a las mariscadoras a trabajar en su limpieza y encontrando colaboración en el marisqueo a flote, que también lleva semanas retirando algas del mar. Lo ocurrido preocupa mucho en el seno de la Cofradía de Vilanova, ya que hacía mucho tiempo que no se encontraban con una situación así. “Todos los años tenemos que luchar contra las algas, sean las que llegan a través del mar, como es el verdello que cubre ahora los bancos marisqueros, o el limo, que nace en las playas y es muy complicado de retirar, pero hacía mucho tiempo que no vivíamos una situación así”, explica Martínez.

Las tareas de limpieza tratan de evitar que las algas acaben pudriéndose sobre los bancos marisqueros, acabando con el oxígeno y dañando toda la producción que se encuentre debajo.

Las mariscadoras calculan que van a perder el 25% de la producción en puntos como O Castelete

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La situación no es tan problemática en Cambados, donde las mariscadoras también han ejecutado tareas de limpieza en las zonas del Saco de Fefiñáns y O Sarrido, algo que reconoce el patrón mayor de Cambados, Ruperto Costa. El responsable del pósito de la villa del albariño apunta que “hemos estado muy pendientes de que esto pudiese pasar y las mariscadoras han actuado rápido para evitar que causase problemas en la producción marisquera”. De todas formas, Costa reconoce que “nuestras playas están algo más protegidas que las de Vilanova, Carril o A Illa, donde este problema acostumbra a ser mucho más común y una lucha casi permanente”.

El patrón mayor de A Illa, Juan José Rial Millán, apuntaba ayer que “tenemos playas que parecen un campo de fútbol de lo verdes que se encuentran, una situación que ha obligado a las mariscadoras a organizar tareas de limpieza, como la que realizarán mañana (hoy para el lector), además de ir a mariscar”. Los puntos donde se encuentra una mayor cantidad de algas es en la playa de O Bao, pero también en Cabodeiro, Sapeira, Espiñeiro o Con Serrado entre otros. “Todos esos puntos son zonas productivas importantes para nosotros, por eso las mariscadoras se están esforzando en retirar las algas que se han acumulado en la zona de marisqueo”, explica Millán. El patrón mayor tiene constancia de “la aparición de algún marisco muerto, pero en zonas de marisqueo a flote, por el momento, una cantidad muy pequeña que aguardamos que no vaya a más”.

Otras cofradías también trabajan en la retirada del manto verde

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En O Grove tampoco han detectado mortandad por el momento, pero “porque estamos muy encima, trabajando de forma intensa en la retirada de las algas antes de que acaben pudriéndose sobre el marisco”, explica Lola Gondar, presidenta de las mariscadoras de esa cofradía. Aunque sin llegar a las cantidades que se acumulan sobre los bancos marisqueros de Carril o de Vilanova, Gondar reconoce que “el problema lo tenemos en todas las playas en mayor o menor medida”. El año pasado, apunta Gondar, “tuvimos una situación muy grave en Lavaxeira que nos costó mucho solucionar”.

Sin lugares específicos donde arrojarlas


Uno de los grandes problemas con los que se encuentran todas las cofradías a la hora de eliminar la acumulación de algas es la ausencia de un lugar adecuado para deshacerse de ellas. Le pasa absolutamente a todas, que suelen recurrir a agricultores, cuando es posible, para abonar las fincas. Sin embargo, no siempre están disponibles, por lo que cada pósito acaba buscándose la vida como puede. Vilanova lleva años denunciando la imposibilidad de deshacerse de las algas, llegando incluso a tener problemas con algunos vecinos y denuncias por el mal olor que desprenden las algas en pleno proceso de putrefacción. También se encuentran con que las administraciones les ponen muchas trabas para depositar en tierra las algas y no colaboran en la búsqueda de una solución factible que sirva para acabar con este problema que “supone un importante gasto extraordinario al que tenemos que hacer frente las cofradías”, explica Martínez. En A Illa también se han vivido situaciones similares, especialmente cuando son retiradas de zonas próximas a viviendas o en las playas en pleno verano, quejándose vecinos y turistas del olor, pero las mariscadoras insisten en que no tienen otra alternativa. En O Grove, explicaba ayer Gondar, recurren a amontonarlas en zonas productivas de determinadas playas, cubriéndolas con piedras y redes para que no supongan un problema para la producción marisquera.

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