Cada año, cuando se acerca el verano, la Cofradía de A Illa comienza a atisbar un serio problema al que todavía no se le ha puesto la solución que se reclama a las administraciones competentes, la invasión que sufre Areoso por parte de los turistas. Para evitar el impacto que provocan las embarcaciones, la Cofradía isleña lleva años colocando boyas perimetrales, que obligan a las embarcaciones a motor a amarrar en su exterior para proteger el delicado hábitat del islote.

Este año no será menos. El pósito tiene previsto comenzar con esos trabajos a partir del mes de mayo, reparando aquellas boyas que han desaparecido y habilitando el canal de entrada al islote, situado en el lado Este del mismo. Este año, la principal novedad será que se va a habilitar un segundo canal, en esta ocasión, por el norte, en el que se permitirá el acercamiento de embarcaciones a la gran lengua de arena que sorprende a los que visitan por primera vez el islote.

Mayor calado

El patrón mayor de A Illa, Juan José Rial Millán, reconoce que este nuevo acceso se ha habilitado por “contar con un mayor calado para que las embarcaciones dejen en tierra a sus pasajeros antes de ir amarrar a los puntos fijados por la normativa”.

El responsable del pósito recuerda a todas las embarcaciones que acuden a Areoso que existen unas normas en todos los puertos en las que se explica claramente “como se deben acercar al islote y cuáles son las medidas que deben adoptar, no se encuentran en un punto donde vale todo, aunque muchos lo crean, sino en un espacio natural muy delicado que hay que preservar en las mejores condiciones”.

A Illa lleva años reclamando un plan especial de protección para el islote Areoso ante la amenaza que supone el exceso de turistas en verano

Millán también espera que la Consellería de Medio Ambiente finalice, de una vez por todas, el plan director que lleva más de cinco años preparando para ampliar la protección del islote, una demanda que tanto el pósito como el Concello vienen haciendo desde hace más de una década, desde que detectaron los graves daños que provocaba en Areoso la gran concentración de embarcaciones que se produce cada verano, especialmente, durante los fines de semana.

De hecho, el pasado verano se abrieron más de una docena de expedientes sancionadores a embarcaciones que no respetaron las normas a la hora de amarrar.